21 octubre 2006

Una fortaleza oculta por los litigios


san fernando. El enfrentamiento de marcado tono localista que las vecinas ciudades de San Fernando y Chiclana han mantenido durante más de una década sobre la pertenencia del islote y del Castillo de Sancti Petri a uno u otro término municipal ha ensombrecido siempre la importancia real y la valía de esta fortaleza que ahora la Dirección General de Costas planea recuperar.

Posible emplazamiento histórico del famoso santuario del dios púnico Melkart –Heracles para los griegos y Hércules para los romanos– que aguarda el desarrollo de una excavación arqueológica de relieve y baluarte decisivo en la defensa de la Isla de León y de Cádiz durante el asedio de las tropas napoleónicas en la Guerra de la Independencia, el islote empezó a cobrar relevancia para los ayuntamientos de La Isla y Chiclana a principios de la década de los 90, cuando se consiguió desafectar y recuperar la playa de Camposoto, hasta entonces en manos del Ejército de Tierra, al igual que el Castillo.

Sancti Petri, que se sitúa frente a la Punta del Boquerón, abarca una superficie de 4.450 metros cuadrados sobre la que se asienta la fortaleza militar, que data del siglo XVIII y que cuenta con un gran valor patrimonial a pesar de que actualmente, y desde hace ya bastantes años, está sumida en un completo abandono.

El baluarte –incluido también en el plan integral para la recuperación de fortificaciones costeras Almenasur– está construido en sillería y mampostería de piedra ostionera. Forma una muralla en parte circular coronada por decenas de troneras que rodea todo el perímetro del islote y, en su interior, se distribuyen las antiguas dependencias militares separadas por varios patios. De todo el conjunto, destaca la torre rectangular que se sitúa al oeste y que se utiliza como faro. Algunos estudios, no obstante, han puesto de manifiesto la existencia en la estructura de restos de la época romana. Pero la investigación acerca de los posibles yacimientos arqueológicos que pueden encontrarse en el islote, bajo el agua, o en sus inmediaciones –el afamado templo de Melkart que el historiador griego Estrabón localizaba en este enclave– es una de las grandes asignaturas pendientes en Sancti Petri, como hace un año reivindicó durante su visita a La Isla el investigador y arquitecto del Ministerio de Cultura José Sancho Roda.

Desde un auditorio hasta un parador turístico son algunos de los usos que se han postulado durante la última década para el Castillo de Sancti Petri por parte del Ayuntamiento de San Fernando, que ha insistido –primero ante Defensa, y luego, tras su desafectación en 2003, ante el Ministerio de Medio Ambiente– en su recuperación para uso y disfrute de la Bahía de Cádiz.

La otra cara del Castillo de Sancti Petri ha sido la de la eterna disputa localista entre La Isla y Chiclana por la pertenencia del islote a uno u otro término municipal, litigio que ha llegado a veces a extremos rocambolescos ya que ambos ayuntamientos han recurrido sus Planes Generales de Ordenación por adscribirse este suelo. La última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), de diciembre de 2005, ratifica las anteriores, favorables a San Fernando, y obliga a Chiclana a excluir el Castillo de su PGOU, aunque este municipio anunció ya un recurso a esta sentencia.

Frente a la ardua batalla legal, hace tiempo que ambos ayuntamientos –sin renunciar a la disputa– han querido alejarse en cierto modo de ella. El alcalde isleño, Manuel de Bernardo, llegó a afirmar que el enfrentamiento de tono localista "inhibe y retrasa la recuperación del Castillo". Así, surgieron iniciativas para unir a todas las administraciones implicadas, como la Fundación Melkart, una tentativa que fracasó ante la negativa de la mayoría de ellas.

Sin embargo, la idea de aglutinar a todos –incluidos los ayuntamientos de La Isla y Chiclana– en un mismo frente es algo que nunca han descartado ambos equipos de gobierno.

De hecho, todavía ayer, tras la presentación del proyecto de rehabilitación, el alcalde isleño, Manuel de Bernardo, aludía a la necesaria unidad de todas las administraciones, tal y como se proponía en la Fundación Melkart, para rescatar del olvido el Castillo, recuperarlo, hacerlo visitable y darle uso.

Fuente: Diario de Cádiz

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