07 octubre 2006

Toledo - Aparece el hueco del mihrab en la mezquita de El Salvador


El lugar en donde se encontraba este elemento arquitectónico, equivalente al sagrario en las iglesias cristianas, ha sido definido por el arqueólogo Julián García Sánchez de Pedro

A. DE MINGO / TOLEDO

Las excavaciones en el interior de la antigua mezquita de El Salvador, verdadero puzzle para los arqueólogos toledanos, acaban de revelar el lugar en donde se encontraba el antiguo mihrab del templo. Este elemento, equivalente al sagrario de las iglesias cristianas -siempre está alojado en un muro llamado quibla, a la manera del altar mayor-, ha permitido a los arqueólogos que trabajan para el Consorcio arrojar luz sobre los primeros siglos de presencia musulmana no sólo en este edificio, sino en el resto de la ciudad de Toledo.

«El muro de quibla se encuentra definido entre la arquería y el presbiterio -explica el arqueólogo Julián García Sánchez de Pedro-, y el aparejo con el que está construido es idéntico al de la torre», zona del templo que sí es posible datar alrededor del siglo VIII. Los restos de su mihrab, integrado en este lugar, estarían ofreciendo una disposición constructiva muy similar a la que posee la llamada Puerta de Alfonso VI, «sillares de granito verticales y otros dos horizontales, con piedra caliza rellenando entre medias los huecos».

Lo que hasta hace poco tiempo eran simples hipótesis parece que va tomando visos de realidad. García Sánchez de Pedro, que lleva varios años trabajando en este edificio, ha llegado a estas conclusiones tras haber realizado amplias catas murales -algunas de ellas, de dos metros por dos- en las paredes del templo.

No niega que falta muchísimo material en la iglesia del Salvador, propiedad de la parroquia de Santo Tomé. El edificio se encuentra «muy tocado» tras haber sufrido varias remodelaciones y un incendio en el siglo XIX, época en que fue rehecha la zona que se abre a la plaza del mismo nombre. La parte de los pies también fue remodelada durante esta etapa: «Falta mampostería y hemos encontrado espacios rellenos de ladrillo, además de restos de sillería y de sillarejo de granito y caliza».

De hecho, «apenas es posible, en alzado, encontrar más de dos o tres hiladas de paramento islámico, y muy arrasadas. Al menos, en el lugar en donde hemos podido excavar».

No es de extrañar que García Sánchez de Pedro reconozca estar muy satisfecho con este descubrimiento. «Ya teníamos definidos el muro de la quibla, la arquería del patio, el muro de cierre de los pies y también el del otro lado, aunque muy arrasado. Ahora, con la aparición de la embocadura del mihrab, damos un nuevo paso para afirmar que Clara Delgado no iba tan desencaminada en sus hipótesis», dado que fue la conocida arqueóloga, prematuramente fallecida en el año 1998, quien esbozó algunas de las teorías más sólidas sobre la iglesia del Salvador.

¿Cómo era? «Sinceramente, creo que el mihrab que Clara Delgado planteaba era demasiado grande. Si fuera más pequeño, como pienso yo, sería posible ir adelantando que el Salvador tuviera tres naves en un principio». Por ahora, sólo son hipótesis.

Las teorías de García Sánchez de Pedro podrían tomar consistencia en el momento en que fuera excavado el suelo del edificio, especialmente el presbiterio.

El arqueólogo desconoce qué aparecerá realmente en esta zona cuando sea tratada, aunque, teniendo en cuenta la excavación que él mismo realizó en el patio, podría tomar consistencia la idea de que ésta fue «una mezquita muy rica y bastante singular». No en vano, aparecieron, entre otros restos, dos fustes de columnas de mármol grises muy similares a los que debió de tener la Mezquita Mayor toledana, y capiteles de palmetas cuya tipología no había sido recogida por los arqueólogos hasta ese momento.

Otro de los hallazgos, que podría ponerse en relación con el desaparecido mihrab, fue una placa de mármol pintada, con dibujos incisos, que iría directamente asociada con el rico muro de la quibla. El tiempo lo dirá.

Fuente: http://www.diariolatribuna.com/

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