01 julio 2006

Los orígenes de Valencia, a la luz


La plaza de la Almoina se abre al público y descubre las termas romanas más antiguas de la Península Ibérica
La plaza de la Almoina exhibe desde ayer los orígenes de la ciudad de Valencia. Tras 21 años de excavaciones arqueológicas y bajo una lámina de agua, los valencianos ya pueden observar el paso de las diferentes civilizaciones por la ciudad. Las obras, que inauguraron la alcaldesa y el arzobispo, han costado 6,5 millones de euros.

C. FERNÁNDEZ/VALENCIA

El cónsul romano Décimo Junio Bruto fundó Valencia en el año 138 antes de Cristo para instalar a sus soldados licenciados, a los que repartió tierras junto a la nueva ciudad.

Este primer asentamiento y los posteriores que se han ido realizando en la historia de la ciudad son desde ayer visitables tras la inauguración de la plaza de la Almoina, ubicada junto al Arzobispado.

La primera ciudad romana, la época imperial, la etapa visigoda o el Alcázar islámico. Toda la riqueza cultural de la ciudad es palpable tras 21 años de excavaciones arqueológicas. “Ha sido un trabajo muy complejo y de un calibre incalculable. El tiempo que hemos tardado es el necesario”, aseguró ayer el arquitecto José Miguel Rueda que, junto a Albert Rivera, han coordinado el proyecto arqueológico más importante de Valencia.

La alcaldesa, acompañada por el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, y por prácticamente todos los miembros del equipo de gobierno, inauguró ayer la plaza de la Almoina, que se convertirá de nuevo en un ágora pública.

Desde ayer, los ciudadanos pueden regresar a la época de sus antepasados observando 13 edificios y espacios que representan la historia de Valencia. “Esta es una recuperación muy importante. Todos los valencianos que tienen mi edad siempre han visto esta plaza en obras y hoy (por ayer), por fin, ya está abierta al público”, afirmó ayer Barberá durante la inauguración de la plaza.

Proyecto modificado
La solución arquitectónica que se le ha dado finalmente a la plaza es diferente a la que inicialmente se propuso. “En un principio pensamos que los visitantes podrían pisar por encima de la cubierta acristalada, pero luego nos dimos cuenta de que se deterioraría rápidamente. Por eso, hemos optado porque sólo se pueda ver desde fuera”, apuntó el arquitecto José Miguel Rueda.

Los técnicos insistieron en que este proyecto es único en España. “Es cierto que hay muchas zonas donde se ha recuperado la historia mediante restos arqueológicos, pero la complejidad de este lugar y su exposición bajo una lámina de agua es única”, puntualizó José Miguel Rueda.

La plaza de la Almoina tiene 2.500 metros cuadrados de los que 400 los ocupa la gran lámina de agua espejo de la ciudad que se asienta en el subsuelo. Justo en esta parte, la zona central de toda la excavación arqueológica, se ubican las termas romanas, las más antiguas de la Península Ibérica. Para descubrir este y el resto de hallazgos, los técnicos han tardado 21 años que se han desarrollado en 13 campañas de excavación realizadas en 90 meses. “Esta labor ha generado una inmensa y valiosísima documentación técnica, hallazgos de inscripciones, elementos arquitectónicos sueltos y más de 1.000 monedas y 2.000 cerámicas de categoría expositiva”, puntualizó la alcaldesa Barberá.

Seis meses de retraso
El proyecto de la Almoina ha ascendido a 6,5 millones de euros, con un millón en sobrecostes y seis meses de retraso sobre la fecha de inauguración prevista.

“Invito a todos los valencianos a que vean con sus propios ojos los restos de las primeras calles de Valencia, a que paseen sobre el espacio en el que se condensa con más intensidad su historia y a que sientan latir el pasado en el presente de una ciudad con mucho futuro”, afirmó Barberá en su discurso inaugural.

La alcaldesa también tuvo palabras de agradecimiento para el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, y señaló que gracias al Arzobispado han podido llevar a cabo este singular proyecto.

El servicio arqueológico municipal, con Albert Rivera al frente y el diseño y ejecución llevado a cabo por José María Herrera y José Miguel Rueda, también contó con el agradecimiento de la alcaldesa. Rivera puntualizó que el mayor interés se encuentra en el conjunto de edificios monumentales que forman un completo y bien conservado compendio de la historia y de la evolución urbana de Valencia hasta nuestros días.

El arqueólogo también comentó que la estratificación de 4 y 5 metros se produce por la continua superposición de construcciones que han preservado a las anteriores. “El resultado es una verdadera antología histórica y urbana de lo que ha sido nuestra ciudad”, puntualizó.

El objetivo primordial del proyecto es que se mantengan vivos los conceptos del agua, los caminos y el territorio que forman el origen de la ciudad, una pequeña isla fluvial, cercana al mar y atravesada por la Vía Heráclea, que posteriormente se denominó Vía Augusta.

cfernandez@lasprovincias.es

fuente: Las Provincias

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