03 julio 2006

La tierra susurra en Gerena.

Movimiento de tierras. Restos de la edad de bronce, almohades y romanos, algunos con cuatro milenios de antigüedad, aparecen en los terrenos de una mina, cuyos responsables se plantean levantar un museo en el lugar.

A unos seis kilómetros del núcelo urbano de Gerena, la tierra se mueve. Se mueve y habla, o más bien susurra, pues es difícil entender inmediatamente lo que dice. Dice mucho del pasado de estos pagos. Desde el pasado marzo, un equipo de arqueólogos contratados por la empresa privada Cobre Las Cruces –la que administrará y explotará la que será una de las mayores minas a cielo abierto de Europa– andan arrancando información de las entrañas de los alrededores de la localidad sevillana.
Recorremos caminos tiranizados por el tono ocre; la ausencia de colores brillantes evoca paisajes posapocalípticos de ciencia ficción de medio pelo. El todoterreno se desplaza dando saltitos por un mapa que parece tener vida propia: los senderos se solapan, cambian su trazado cada día. Parece imposible no perderse aquí. Sin embargo, llegamos al yacimiento Sevilla-B.
En las zanjas abiertas reposan los restos de una necrópolis construida en torno a los años 1.600-1.800 antes de Cristo. También restos de las cabañas un poblado, y dos cuerpos perfectamente conservados de niños que murieron, a lo sumo, a los cuatro meses de vida. Junto a ellos, cuencos de ajuar utilizados entonces como parte del instrumental para los rituales funerarios.
"En los yacimientos –veinte, dentro de la corta minera–, el arco cronológico va desde el segundo milenio antes de Cristo, la edad del bronce pleno, a los siglos XVII-XVIII", explica Jacobo Vázquez, uno de los arqueólogos contratados por la empresa minera, que ha invertido 300.000 euros en los últimos tres meses en estos trabajos.
De las más de 850 hectáreas que abarca la mina –para cuya construcción se prevé destinar 380 millones de euros–, otros vestigios remotos han sido rescatados desde el pasado marzo. En una loma se ha documentado un edificio islámico de 980 metros cuadrados de la época almohade (siglo XII). En algunos puntos se han conservado suelos pavimentados. En sus inmediaciones se han localidazo un vertedero cerámico y restos alimenticios. Más: también han vuelto a ver la luz un horno romano de casi cuatro metros de diámetro, bien conservado y con piezas de cerámica.
Aproximadamente dentro de un mes, según la estimación de Paz Cosme, responsable de Medio Ambiente de la compañía, los trabajos sobre el terreno concluirán. Entonces, "fuera ya del ámbito de la empresa" –explica Vázquez– se estudiarán las cerámicas, las patologías óseas de la edad de bronce, las arcillas y los metales encontrados. También se contempla enviar varias piezas a Estados Unidos, donde se harán análisis con carbono 14.
Aquí, instituciones como la universidad o el CSIC asumirán también investigaciones, adelanta Vázquez. El valor científico de los hallazgos será "fundamental en la investigación de la edad del bronce pleno en el suroeste peninsular", vaticina. Es probable que se conozcan nuevos datos relacionados con diversas disciplinas científicas: "sobre paleoambiente, rituales funerarios, tecnicas constructivas, organización de la vida doméstica", enumera Vázquez.
Cosme replica en cuanto oye la palabra ecologistas. "Lo denuncian todo", zanja. Vázquez asegura que los yacimientos no corren peligro, que la ley se cumple. Gobain Ovejero, director de Relaciones con la Administración de la empresa, admite la "urgencia" de ésta, "pero sabemos que estamos obligados a conservar este patrimonio". El delegado de Cultura de la Junta, Bernardo Bueno, garantiza a pie de obra que hay una "coordinación total entre la empresa y la Administración". Sin embargo, el mismo Bueno afirma que la zona, "muy rica en yacimientos", puede albergar hasta 50 de ellos, y sospecha que aflorarán. La empresa, sin embargo, lo desmiente y dice "con rotundidad" que el proyecto "no se paralizará".
Por el momento, si las cosas salen como las prevé la compañía, explica Ovejero, en los terrenos de la mina se levantará un "centro de interpretación arqueológica, geologica y minera en el que se musealizarán [sic] algunos restos".

Fuente: Diario de Sevilla.

1 comentario:

pichuneke dijo...

Curioso pensar de que no ser por esa futura explotación minera, el 90% de esos restos jamás se habrían conocido y excavado. Conservarán lo que puedan y trasladarán los restos de interés.

Desde luego, cada vez entiendo menos a los ecologistas.