Toledo: Los múltiples hallazgos arqueológicos del Alcázar serán expuestos en el nuevo Museo Una cisterna romana, una muralla árabe del 756

Los múltiples hallazgos arqueológicos del Alcázar serán expuestos en el nuevo Museo Una cisterna romana, una muralla árabe del 756 y un espigón de la época trastámara, algunos descubrimientos.

HUERTAS FRAILE Juan Zozaya Stabel-Hansen es uno de los más prestigiosos arqueólogos de España y es un experto en arqueología medieval

VALLE SÁNCHEZ

TOLEDO. En una amena y documentada charla, el director de las excavaciones realizadas en el Alcázar de Toledo con motivo de las obras del nuevo Museo del Ejército, Juan Zozaya, presentó ayer los resultados de estos ochos años de investigación y trabajo que han desvelado muchos secretos del nacimiento del Alcázar y también de la ciudad. Restos protohistóricos, romanos, musulmanes y de la época trastámara dibujan, de nuevo y con más datos, la historia de esta ciudad. Y la mayoría han podido ser conservados para que puedan ser visitados en el nuevo museo que tiene previsto abrir sus puertas a partir del próximo año.

Gracias a un equipo que ha cuidado todos los detalles, entre los que destacó a los arqueólogos Rafael Caballero, Juan Manuel Rojas y Román Villa, Zozoya habló de esta excavación de que ha dado unos «frutos espectaculares» y que calificó de «una de las más complejas que se han realizado en estos momentos en España».

Del cerro que ocupa el Alcázar se ha documentado que hay restos del final de la protohistoria, de los siglos V y IV antes de Cristo. De la época romana se ha descubierto una cisterna con revestimiento de cemento -que se va a poder visitar- y un desagüe. Del paso de los visigodos no ha llegado nada, salvo dos sillares, pero que están en un muro musulmán de 802. De esta época son los restos más numerosos, como múltiples cerámicas y fragmentos de relieves, algunos con inscripciones. Zozaya explicó que «el cerro lo regaló para construir el Alcázar un cristiano converso al islam que se llamaba Ambrosio». De esa época data, según sus investigaciones, la primera muralla del Alcázar que fechó en el 756, sobre la que apoya el actual torreón noroeste del Alcázar. y que formaba un conjunto con el Arco de Sangre y Santa Fé, en donde se supone que estaba el palacio real. Y, en el 802, se construyó otra muralla que cerró el recinto. De la época trastámara ha aparecido un gran espigón, con una torre redonda y otra de defensa.

El resto ya se sabe... Carlos V encargó a Covarrubias la construcción del bello edificio que hoy conocemos.

Fuente: ABC