Una exposición sobre «Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici» recibió ayer en el Museo Arqueológico Nacional a la Dama de Elche, que retornó al Museo sana y salva tras su estancia ilicitana. Se exhibe en la sala 20, que ha sido totalmente remodelada. La muestra está integrada por más de doscientas piezas, procedentes de doce museos españoles, vestigios de la ciudad de Ilici (Elche) entre los años 500 a.C. y 700 d.C.
La exposición fue calificada por el director general de Bellas Artes, Julián Martínez, como «magnífica y redonda». Comentó asimismo Martínez el viaje de ida y vuelta de la Dama, que volverá a prestarse «cuando sea oportuno», aunque matizó que el Ministerio de Cultura no utilizará los préstamos como moneda de cambio. No obstante, destacó que intecambios de este tipo «cohesionan el territorio» y permiten fundamentar la política de préstamos del museo que tiene que mover sus colecciones.
Rubí Sanz, directora del Museo Arqueológico, explicó que en la ordenación y criterios de la sala de Escultura Ibérica se han aplicado los nuevos conocimientos y «una mirada más real, más reflexiva y meditada y más atractiva».
Incógnitas.
El discurso de la sala se centra en la Dama de Elche, «sobre la que todavía existen muchas incógnitas», que se encuentra flanqueada por la Dama de Baza, presidiendo el área de la escultura funeraria, y una escultura votiva, que da paso al eje en el que destacan el Conjunto del Cerro de los Santos y el de Osuna.
En la exposición sobre Iberia, vasijas, exvotos y restos neolíticos comparten espacio con ajuares de oro forjados durante la dominación romana y con monedas acuñadas al termino del gobierno visigodo. Objetos cotidianos que dan testimonio de la vida económica, social y política, así como de la ornamentación de edificios públicos y privados o elementos de comercio e intercambio.
Mauro Hernández, comisario de la muestra junto a Lorenzo Abad, destacó que «Iberia, Hispania, Spania» refleja los profundos cambios que se dieron durante más de mil años y se ha diseñado a partir de la influencia de una de las ciudades que perduró a lo largo de ese tiempo, Ilici que, además de estar en la vía de las rutas marítimas, fue capital ibérica, colonia romana, obispado visigótico y enclave bizantino.
Fuente: ABC
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