La reproducción irá en el techo de la sala de la muestra permanente del equipamiento tevergano
La primera de las réplicas que se mostrarán en el Parque de la Prehistoria ya ha llegado a Teverga. Se trata del facsímile de la cueva de Altamira, una de las reproducciones más grandes que exhibirá el equipamiento cultural. La réplica, de cuarenta metros cuadrados, será colocada en un lugar acorde con su importancia, en el techo de la sala de exposición permanente del Parque de la Prehistoria. De momento, se encuentra embalada y a la espera de que el resto de las reproducciones vaya llegando y pueda ser colocado por los técnicos. El facsímile ha sido realizado por los expertos más punteros de la especialidad y será mostrado al público de una manera inédita, con la iluminación necesaria para que prime la calidad de la imagen.
San Salvador de Alesga,
V. DÍAZ PEÑAS
La cuenta atrás para el Parque de la Prehistoria de Teverga ya ha comenzado. El equipamiento cultural, que se construye en la localidad de San Martín de Alesga, alberga desde ayer la réplica de los bisontes de la cueva de Altamira, la primera de las grandes reproducciones que serán expuestas al público cuando el parque sea inaugurado, la próxima primavera.
El gerente del Parque de la Prehistoria, Félix Fernández de Castro, informó ayer de la llegada del primero de los facsímiles que se exhibirán en Teverga. Una llegada que significa un punto de no retorno, según señaló De Castro, pues, «a partir de ahora, empezarán a llegar todas las réplicas».
En este sentido, el gerente del parque explicó que aún no hay una fecha exacta para la llegada del resto de las reproducciones, aunque seguramente éstas lo hagan al valle tevergano a lo largo de lo que resta para acabar el año.
Es decir, en poco más de un mes el Parque de la Prehistoria tendrá todas las réplicas de las pinturas prehistóricas que serán expuestas con el objetivo de contar «la maravillosa historia del arte del hombre prehistórico, una historia emocionante y que también haremos divertida», prometió Félix Fernández de Castro.
El gerente del parque apuntó que la de Altamira es una de las reproducciones más grandes, de ahí que su transporte se haya tenido que llevar a cabo en varias piezas. Unas proporciones que ya se encuentran en el lugar donde serán expuestas, en el segundo edificio del parque, destinado a la exposición permanente. Donde también irán los próximos facsímiles que llegarán, esto es, Covaciella, Llonín y de otra de las zonas de la cueva cántabra.
En este sentido, De Castro apuntó que la réplica que ya reposa en el parque comenzará a ser desembalada y montada a la par que llega el resto de las reproducciones. Además, adelantó que este facsímile con los bisontes de Altamira irá colocado en un lugar privilegiado, dada la gran importancia que tiene a nivel mundial.
«La mayoría de los libros de arte paleolítico la coloca siempre al principio, nosotros lo haremos en el techo», afirmó Fernández de Castro.
Se trata de una reproducción de 40 metros cuadrados que ha sido elegida por dos motivos. Primero, porque es «esencial» para contar la historia del arte prehistórico, pues se trata de una de las más importantes muestras de pinturas totémicas. Y segundo, porque, como afirmó el propio gerente del Parque de la Prehistoria de Teverga, se trata de una imagen «realmente bella».
Por ello se ha pensado en mostrarla de manera que lo que prime sea la imagen sobre el conjunto. Se colocará una iluminación para que los visitantes puedan observar «la calidad artística de la obra como nunca lo han hecho, de una manera cómoda y cercana».
Es decir, la reproducción de Altamira buscará mostrar la imagen en vez del realismo, algo que tendrá su lugar en el siguiente espacio del Parque de la Prehistoria, la cueva de cuevas, donde los técnicos ya trabajan para crear un ambiente idéntico al de una cueva, con piedras, humedad y, por supuesto, arte.
Félix Fernández de Castro recordó que la réplica de Altamira tiene una precisión extraordinaria, que roza la fidelidad absoluta con el original. Y es que los encargados de realizar los facsímiles son «los más punteros en su categoría», señaló.
El equipo encargado de realizar el soporte físico de las pinturas es la empresa Tragacanto, que lleva a cabo la medición de las texturas y las rocas con un láser de gran precisión, pues es capaz de captar doscientos millones de puntos por metro cuadrado. Por su parte, la pintura en sí correrá a cargo de Matilde Muzkiz y Pedro Saura, unos expertos que ya trabajaron en la réplica de las pinturas de Altamira que se expone en la cueva-imagen del museo cántabro.
Fuente: La Nueva España
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