12 noviembre 2006

Hallan una necrópolis del siglo IV junto al yacimiento alavés de Iruña Veleia


Los arqueólogos descubren también el panteón de un personaje importante La ciudad romana sigue aportando nuevas inscripciones en euskera.

M. JOSÉ CARRERO

Nuevo hallazgo. El poblado alavés de Iruña Veleia, que ha sacado a la luz las primeras palabras escritas del euskera y la primera representación de la crucifixión de Jesús, sigue dando sorpresas. La última, el descubrimiento de una necrópolis con numerosos restos humanos y lápidas de hacia los siglos IV ó V, es decir de la etapa de decadencia de la época romana.

De confirmarse esta cronología, se trataría, sin duda del primer cementerio alavés. Y es que la inhumación de los muertos, en lugar de su cremación, se introduce con el cristianismo en la etapa anterior a la llegada de los pueblos bárbaros.

Según ha podido saber EL CORREO, esta necrópolis no se encuentra en el yacimiento propiamente dicho, sino en unos terrenos colindantes en los que el equipo investigador ha comenzado a realizar catas arqueológicas con el fin de dar con la extensión exacta de un asentamiento cuyos orígenes datan del siglo VIII antes de Cristo. Estos suelos, destinados a campos de cultivo, son de propiedad privada, por lo que la Diputación -propietaria por ley del patrimonio arqueológico- deberá expropiarlos.

Asimismo, los arqueólogos han descubierto un panteón en otra zona muy próxima al yacimiento. Los expertos consideran que esta tumba debió de pertenecer a un personaje muy importante de aquella gran ciudad llamada Veleia, en la que vivió una de las familias más influyentes del Imperio Romano en el norte de la Península.

Más euskera

No es la primera vez que en el asentamiento, cuya superficie actual es de unas 100 hectáreas, se encuentran restos humanos. En 2001, los expertos dieron con un enterramiento infantil y, ahora hace un año, en el fondo de lo que fue un depósito de agua aparecieron calaveras y huesos de ocho individuos adultos y un niño del siglo V. Con estos antecedentes, la importancia del último hallazgo radica en que ahora se trata de toda un espacio que funcionó como necrópolis en una ciudad que llegó a tener una población de 15.000 habitantes.

Por si fuera poco, las excavaciones realizadas en los últimos meses siguen aportando nuevas inscripciones de palabras en euskera en restos cerámicos. A la espera de su datación mediante el estudio estatigráfico, los expertos consideran que deben de ser, al igual que se piensa de las primeras halladas, de hacia los siglos IV ó V.

Mientras los especialistas hacen su trabajo para datar definitivamente las piezas, dos prestigiosos lingüistas -Henrike Knörr y Joaquín Gorrotxategi- y el catedrático de Historia Antigua Juan Santos Yanguas prosiguen el estudio de las palabras vascas con el fin de verificar su autenticidad. La conclusión de estos informes se demorará todavía más de medio año.

Fuente: El Correo Digital

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