19 noviembre 2006
Darío Bernal. Arqueólogo y ponente en las Jornadas de la Fundación Foro del Estrecho.
Los trabajos realizados en Ceuta por el arqueólogo Darío Bernal han sido siempre de gran relevancia, participando activamente como director de la excavación de la cueva abrigo de Benzú.
Ayer expuso sus ideas sobre la arqueología de la ciudad en las Jornadas ‘El cristianismo en el Norte de África antes de la expansión del Islam’.
–¿Qué ha supuesto para Ceuta el desarrollo de estas jornadas?–Es un evento importante, ya que hace una veintena de años se descubrió la Basílica Tardorromana. Es sabido que todos los procesos de valorización de los yacimientos arqueológicos son muy lentos y en este sentido está cubierta una capa importante, ya que Ceuta dispone de un monumento de una gran importancia en el centro de la ciudad que además está musealizado de manera monográfica. Este es un claro ejemplo de cómo se deben hacer las cosas, aunque la espera haya sido larga. –Hablamos entonces de un monumento de una importancia muy grande...
–El monumento es excepcional. En el norte de África tingitano hay muy pocas basílicas como ésta en un excelente estado de conservación. No hay duda de que va a ser un gran polo de atracción para las personas que quieran estar vinculadas al patrimonio histórico de la ciudad, así como para los investigadores
.–La ponencia ‘Arqueología y Cristianismo en el círculo del Estrecho durante la antigüedad tardía’ que usted impartió gira en torno a la arqueología, algo que ha tenido mucha importancia en Ceuta...–Relacionando esto con las jornadas vemos que todo está vinculado. El mundo paleocristiano, el origen del Cristianismo, el Norte de África... que se pueden analizar desde distintos puntos de vista: según las fuentes literarias, historia de la Iglesia y las fuentes materiales mediante los restos que han quedado de las comunidades de cristianos del norte de África a partir del siglo IV antes de Cristo.–La presencia del Cristianismo fue importante...
–Hay que tener en cuenta que el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio, y en este sentido es un orgullo para Ceuta tener un monumento de esta entidad y es deuda de los trabajos de Emilio Fernández Sotelo, a quien debemos agradecer, por su tesón, la conservación del monumento y hoy en día para analizar estas cuestiones de cristianismo antiguo, la Basílica Tardorromana es importante para Ceuta y para la península ibérica.
–¿Qué pistas contiene la Basílica sobre el origen del Cristianismo?–Nos da muchas pistas el hecho de que exista un edificio como este de uso litúrgico, al amparo de una necrópolis en la que se enterraron los habitantes de Septem Frates, continuando más tarde con su carácter sacro, dando lugar a un martirium, esto es, a un edificio en torno a una tumba privilegiada que, en este caso, fue una mujer tal y como ha revelado la antropología, siendo ampliado en monumento que se convirtió en una iglesia. No se nos debe olvidar que las fuentes literarias de la corte de Justiniano, emperador de Constantinopla, citan expresamente que en Septem existía una Basílica dedicada a Nuestra Señora.
–De las piezas arqueológicas que se exhiben ¿cual es la más importante?–Lo más importante en sí mismo es el hecho de que empleando los criterios actuales de la museología, el museo de la Tardorromana es un centro de interpretación, es decir que no es un museo tradicional en el que se muestran cosas sino que se usa un monumento para ilustrar la época preislámica en Ceuta y en el entorno del círculo del Estrecho.
Lo más importante es el edificio en sí mismo. Luego están las piletas, y muchas piezas significativas entre las que la más importante tal vez sea el sarcófago del siglo III que es de mármol. Tengo que destacar la enorme importancia del discurso histórico que se articula en torno al edificio y lo que supone para el conocimiento de los primeros siglos de andanza de estas comunidades.
Fuente: El Faro.
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