“En aquellos tiempos no había libros que contasen las cosas; las piedras, los huesos, las conchas, los instrumentos de trabajo, son los que enseñan como vivían los hombres antes”. Descifrar los enigmas asociados a la existencia humana, constituye un reto al cual todavía no escapan nuestros coterráneos. Lo cierto es que durante toda su existencia, el hombre ha sido consciente de que tenía un origen, que había nacido en algún momento del pasado: todos los pueblos, primitivos o no, tienen tradiciones sobre su propia creación.
Fueron los griegos quienes asociaron el término arqueología con lo viejo o antiguo unido a explicación y argumentación. Como disciplina estudia las sociedades a través de sus restos materiales: el arte, los monumentos o cualquier otro objeto creado por el hombre, así como el impacto de la acción humana sobre su medio ambiente.
Tocó a los arqueólogos iniciantes definirla como "estudio sistemático de los restos materiales de la vida humana ya desaparecida". Otros como "la reconstrucción de la vida de los pueblos antiguos". En algunos países ha estado considerada como una especialidad perteneciente a la antropología; mientras que ésta se centra en el estudio de las culturas humanas, la arqueología se dedica al estudio de las manifestaciones materiales de éstas.
Los exploradores del pasado se consagraron al estudio de los monumentos de la Antigüedad clásica, el antiguo Egipto y el Próximo Oriente, mientras otros se dedicaron al coleccionismo de antigüedades.
Ambas tendencias contribuyeron al nacimiento de la arqueología precientífica, al desarrollo del método de excavación y reconstrucción, al conocimiento de la estratigrafía y a la creación de sistemas de clasificación de artefactos. Desde la idea del anticuario y del historiador de las grandes civilizaciones antiguas, hasta la actualidad ha habido una importante evolución.
Nuestros ancestros
Según los especialistas, Granma, suroriental provincia cubana, fue poblada ampliamente por comunidades aborígenes. En diferentes etapas, antes de la llegada de Colón a costas cubanas, arribaron procedentes de Sudamérica y de otras islas caribeñas, y se establecieron conforme a las facilidades que les brindaba el entorno y a su desarrollo socio-cultural.
Se sabe que los preagroalfareros se dedicaban exclusivamente a la recolección, la caza y la pesca. A su vez los protoagrícolas sumaban a estas acciones una incipiente agricultura y cerámica. Mientras los agroalfareros, dominaban el cultivo de yuca, boniato, tabaco y frijoles, y parte elemental de su alimentación la integraban los productos obtenidos de la caza, la pesca y la recolección. Asimismo desarrollaron el trabajo con la piedra que les garantizaba morteros, lascas de sílex, buriles, hachas y otros utensilios. También confeccionaban ídolos e imágenes, como el llamado Ídolo de Bayamo, pieza de 35 centímetros de altura, hallada en Valenzuela (Buey Arriba) en 1948.
En 1775 aparece en el texto anónimo Historia de Baracoa, publicado por el editor Andrés Pego en La Habana (1876) en el que recoge que Pedro del Prado al escribir la genealogía de una familia bayamesa, habla de un magnífico dujo, propiedad del cacique de la comarca. Considerada esta nota entre las incipientes noticias sobre el tema.
Desde principios del siglo XX comienzan las indagaciones arqueológicas en el territorio, las que de manera paulatina han ido aumentando. Actualmente hay reportados 191 sitios del período precolombino, una cifra significativa con respecto a hace cinco años cuando sólo había 22, a pesar no haberse explorado aún todas las áreas de la provincia.
Los principales son: la zona del Guafe y la cueva del Fustete, esta última con cinco kilómetros de galería estudiados y abundantes pictografías, pertenecientes al municipio de Niquero; El Mango, en el delta del Cauto, donde se trabaja desde la década del 40 con alrededor de dos metros de material arqueológico que demuestran una prolongada estancia; Almiquí y Pontezuela: dos sitios vírgenes muy grandes; y la zona de Manzanillo – Campechuela - Media Luna donde existe una peculiaridad: sitios muy grandes y no hay espacios pequeños. Una singularidad a investigar, pues por lo general los asentamientos están integrados por talleres, habitaciones, etc. De ellos sobresalen Calicito, El Martillo y Ojo de Agua.
Gabinete arqueológico
Como fruto de estas investigaciones abrió sus puertas el Gabinete de Arqueología, ubicado en el Paseo General García de Bayamo, con el propósito de proteger, investigar y divulgar el patrimonio arqueológico de la provincia.
La institución, perteneciente al Centro provincial de Patrimonio, muestra piezas relevantes de las etapas preagroalfarera, protoagrícola y agroalfarera de la región: instrumentos de sílex, fragmentos de burenes, una cerámica burda, percutores, gubias y desechos faunísticos.
En ella está presente, además, la creación de artistas de la plástica granmense quienes reflejan desde su visión los matices de esta etapa de la historia de Cuba.
José Manuel Yerro Masdeu, especialista principal explica las características del centro: “Contamos con un área de museo que atiende las colecciones, los focos de evidencia y el laboratorio. Un departamento de investigación científica encargado de la exploración de sitios aborígenes y un aula especializada. Esta última presta servicios a la cátedra de arqueología de la sede universitaria municipal de Bayamo, con 67 alumnos en este curso.
En ella radica también el grupo de primer año de la Universidad del adulto mayor (donde participan personas de más de 60 años de edad y se forman en diversas materias).
Tenemos una biblioteca con materiales propios de la especialidad y en menor cuantía de antropología. Está en planes fotocopiar los trabajos sobre sitios granmenses que han realizado profesionales de otras provincias y ubicarlos aquí, lo que facilitará el acceso a investigadores y estudiantes”.
Proyectos
“A partir de enero, comenzamos la elaboración un sistema de gestión y manejo de las áreas con vestigios arqueológicos para lograr su conservación, por su susceptibilidad a alterarse, pues al construir un canal, una carretera o simplemente arar la tierra se pierde la información científica definitivamente. Este proyecto contribuirá a preservar los lugares expuestos del Catálogo de sitios arqueológicos de Granma.
En él hay fechas de cada sitio, sus características, trabajos anteriores, un plano de ubicación, la evaluación de riesgos de destrucción, grado de alteración y todos los elementos para adoptar medidas de protección de los mismos.
También el próximo año tenemos previsto abrir la investigación de lugares relevantes del período colonial, una época no trabajada.
Estamos enfrascados, además, en un estudio sobre la presencia de los grupos protoagrícolas en el Delta del Cauto. Aquí hay tres sitios con una cerámica temprana. En ellos el ajuar presenta características del período preagroalfarero, pero tiene una cerámica burda, tosca y muy abundante. Estos lugares son El Canal, cercano al poblado de El Mango; Caneyes de Virama 1, donde encontramos cerámica y varios enterramientos y Guamito, sitio muy alterado”.
Epílogo
El hombre se crece a cada instante y con él la necesidad de descubrir la raíz de su existencia. Cada hallazgo se convierte en un rayo de luz sobre sus ancestros, en medio de la profundidad de miles de años. “De toda esta etapa hay muy poca información, señala Yero Masdeu. Un ejemplo fehaciente son los libros de historia de las escuelas en los cuales se dedican tres o cuatro páginas a más de 6 mil años y se arranca con la llegada de los españoles. Incluso nuestro siglo XVI está bastante oscuro, pues no existe documentación.
Nosotros podemos ayudar a esclarecer la etapa precolombina y, si nos unimos a los historiadores, arrojaremos un poco de luz sobre nuestro siglo XVI. Es imprescindible saber de dónde venimos, para encaminar nuestros pasos hacia el futuro”.
fuente: La Demajagua