Este estudio, en el que también ha colaborado Víctor García Marcos, se utilizará en el Plan Director. Una investigación coordinada por Ángel Morillo desvela que León era el centro logístico del Imperio.
Cristina Fanjul. león.
Se trata sin duda de una de las investigaciones más importantes para conocer la historia de la ciudad durante la época de la tetrarquía del Imperio. Hasta el momento, se había pensado que la muralla tardoimperial se había construido con el fin de resistir los embistes de los bárbaros, sin embargo, los estudios realizados por un equipo dirigido por el profesor Ángel Morillo y en el que colaboran Victorino García Marcos, Fernando Miguel y José Avelino Gutiérrez, desvelan que esta historia podría no ser correcta.
Morillo destaca que la muralla tardorromana es la gran desconocida por el hecho de que su estudio se obvió en las investigaciones realizadas en los últimos dos siglos en beneficio de la altoimperial. La razón no es otra que los gustos artísticos decimonónicos, que consideraban las obras bajoimperiales rústicas y de escasa calidad. Y, sin embargo, la bajoimperial es, desde el punto de vista histórico, la que puede dar muchas más claves para conocer y revelar algunos de los episodios más desconocidos de la ciudad.
Un nuevo comienzo.
El profesor de arqueología explica que a partir de la segunda mitad del siglo III comenzaron a desmantelarse edificios públicos, lápidas de familiares e incluso estatuas de los emperadores con el fin de robustecer el fuerte amurallado. «La del siglo III fue también una crisis de mentalidades. El desmantelamiento implica que el pasado ha muerto, que nadie se siente heredero de su pasado reciente», asegura Morillo.
Este afán por recrecer la muralla (pasó de tener dos metros de ancho a siete y diez o doce en altura) hizo que se llegaran a dos conclusiones falsas. Una de las principales fue que muchos historiadores creyeron que la muralla romana era sólo la construida con sillares, mientras que el resto no eran sino remodelaciones de la época medieval. Ahora, sin embargo, se ha descubierto que no es así. El hecho de que el lienzo no esté realizado a base de sillería no supone una factura medieval, sino que es el resultado de esa destrucción del pasado para acometer un nuevo futuro.
Pero ¿cuál fue la razón de ese terremoto? Siempre se había asumido que la razón de la nueva fortificación fue la llegada de los bárbaros a finales del siglo III. Sin embargo, la investigación ha demostrado que la historia se condujo por otros derroteros.
El profesor Morillo recuerda que a partir del siglo III, el Bajo Imperio cambió su estructura política y adminisrativa e Hispania quedó bajo la Prefectura de las Galias (que englobaba Hispania, la Galia, Germania y Britannia).
La Vía Annonaria.
En esta división, (las otras dos eran la oriental y la centro mediterránea) Hispania se convertía en uno de los graneros de este sector occidental y León (que seguía siendo la capital militar de Hispania) fue el centro logístico, el puerto seco donde se almacenaban los productos que abituallamiento de las tropas que guardaban las fronteras septentrionales. Para ello, Roma se servía de dos rutas: la que conectaba Mérida con Astorga y la que, desde allí partía -bordeando la vertiente meridional de la cordillera cantábrica- hasta los Pirineos y, atravesando la Galia, hasta Tréveris, la capital de esta gran región. Esta última era la conocida como Vía de Hispania in Aquitania y es a lo largo de ella que se produce la gran concentración de las murallas del noroeste que hoy conocemos: Legio VII, Lucus Augusti, Bracara Augusta, Veleia o Gijon (como apoyo martítimo).
Tal vez por eso, a esta vía se la conozca también como Vía Annonaria, porque responde al impuesto que tiene todo el imperio para el mantenimiento de los soldados que guardan la frontera. Además, los descubrimientos de gran cantidad de ánforas en Gijón vienen a demostrar que el transporte del aceite y el vino se realizaba por vía marítima a través de este puerto.
La misma investigación destaca además que la muralla está estrechamente asociada a las tropas exteriores. Morillo precisa que durante los últimos años se han encontrado monedas y restos de armaduras que tan sólo se hallan en zonas que correspondían a las conquistas orientales del Imperio (Iliria y Dalmacia), lo que viene a demostrar que hasta León llegaron tropas de refresco que fueron, precisamente, las que se encargaron de la construcción de los cubos.
Asimismo, y para certificar esta hipótesis, en otras zonas de la ciudad se han hallado restos de corazas que tan sólo se han encontrado en la antigua Panonia (actuales Hungría y ex Yugoslavia).
Fuente: Diario de León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario