El proyecto, una vez realizado, quedará tal que así. La Tribuna |
El proyecto de rehabilitación del Monasterio de Sopetrán, en Hita, estará concluido en un plazo no superior a cinco años desde el momento en el que la Coordinadora del Monasterio, principal impulsora de esta iniciativa, cuente con la licencia de obra pertinente y se cierre la negociación con las constructoras interesadas. Para ello, tras aprobarse el proyecto por parte de la Comisión provincial de Urbanismo el pasado 12 de junio, será necesario que el mismo sea ratificado en Pleno por el Ayuntamiento hiteniense y consiga después la correspondiente declaración de impacto ambiental, permisos y resuelva un tema relacionado con el suministro de agua, todo lo cual podría estar listo de octubre de este año a enero de 2007.
Tras ello, se dará inicio a las obras pertinentes que serán llevadas a cabo en cuatro fases en función de la velocidad de venta e interés por parte de los potenciales compradores. Cabe decir en este punto que desde el pasado 4 de julio hay abierta en las ruinas del Monasterio una oficina de información sobre el proyecto, fases, tipologías, instalaciones, calidades, precios estimados, plazos y condiciones, que ya ha contado con gran interés del público.
Con carácter privado, la Coordinadora Monasterio de Sopetrán pretende crear en Hita algo, hasta ahora, nunca visto en Guadalajara: reformar el monasterio a la vez que hacer realidad una propuesta de ampliación en la localidad mediante la construcción de viviendas que se integrarán al cien por cien en el entorno del monumento, gracias a un diseño medieval íntegro. Jorge Gosálvez Gosálvez ha sido el arquitecto de este proyecto cuyo diseño ha corrido a cargo de ‘G y G, S.A. Arquitectura y Urbanismo’.
Así, con 16 hectáreas de superficie total, la actuación contempla, en primer lugar, la rehabilitación del Monasterio de Sopetrán, reconstruyendo la basílica con claustro cerrado, y su posterior conversión en centro cultural dentro del cual se podrán llevar a cabo convenciones, conciertos, eventos culturales o sociales. Además, será la sede de la Fundación Sopetrán, cuya creación se encuentra actualmente en trámites administrativos, a través de la cual se buscará la recuperación histórico-cultural del entorno. Precisamente, una de las primeras actividades culturales que convocará la Fundación será un Premio Literario, en cuyas bases se está trabajando. Además, delante del monumento hay diseñada una hermosa plaza pensada para hacer actos sacramentales.
En sus inmediaciones, habrá tres tipos de viviendas. Las primeras son en torno a 320 casas de diferentes alturas (ninguna de ellas igual a otra) que formarán un auténtico pueblo medieval, con líneas de esta época, circundado por calles peatonales, con 30 locales comerciales y con un aparcamiento subterráneo en el que cada propietario contará con dos plazas de garaje. Sólo se admitirá por estas vías el tránsito de servicios específicos de urgencia y algunos de carga y descarga para los mencionados locales comerciales. La estructura exterior de las viviendas será de piedra, madera, con acabados de adobe, aunque en el interior cuente con todos los servicios requeridos. « De hecho, estamos intentando que el diez por ciento del material que se emplee sea material antiguo, material de derribo», subraya Carlos Ortega, director del Área Cultural de la Coordinadora, quien explica que el interés es que «se asemeje al ‘burgo’ que podría haber nacido en torno al Monasterio en el siglo XVI».
Otro tipo de domicilios serán las viviendas asistidas, 70 chalets independientes, con jardín propio y un amplio diseño, que tendrán la posibilidad de contratar un soporte de servicios permanentes con sede en el Monasterio. Se trata de unas viviendas, orientadas principalmente a una población de tercera edad o con ciertas minusvalías, que podrán de esta forma tener asistencia dietética, sanitaria y de limpieza, a demanda del propio solicitante. Aunque aún está en proyecto la selección de la empresa que gestione este tipo de servicios desde Sopetrán, se está estudiando la posibilidad de contar con una ambulancia permanente con el fin de trasladar a algún enfermo en el caso de que la situación así lo requiera.
Por último, el terreno contará con 60 suites, estudios de entre 70 o 80 metros cuadrados cuyos propietarios, si lo desean, tendrán la capacidad de cederlas al Monasterio, para su administración, ampliando así la capacidad hostelera del entramado en caso de que ciertos eventos lo requieran.
Plazas porticadas, zonas verdes, detalles cuidados y un respeto inusitado por el medio ambiente forman un proyecto en el que también se engloban dos apuestas estrella: una hospedería y un balneario. La primera ya está funcionando como tal, si bien el balneario se construirá sobre una superficie de 1.500 metros cuadrados. Contará con actividades de hidroterapia, masajistas, zona lúdica de agua, piscina compartida con la urbanización... Iniciativa que servirá también de punto de atracción para que empresas y colectivos elijan este emblemático lugar a la hora de realizar sus encuentros o actividades.
De hecho, la propuesta de la Coordinadora del Monasterio de Sopetrán, comenta Ortega, va más allá de la mera construcción, como demuestra el hecho de que, una vez terminado el proyecto, sus impulsores tengan previsto quedarse en el lugar y trabajar desde la Fundación Sopetrán, no sólo en la gestión del Monasterio, sino en el control, por ejemplo, de los locales comerciales. «Es importante que haya negocios que atraigan turismo y que sean acordes con el proyecto, no negocios que desentonen con su filosofía», apunta el director del Área Cultura, quien, no obstante, se muestra consciente de que ciertos servicios serán imprescindibles para los futuros habitantes, como pueda ser la presencia de una sucursal financiera, para lo que, de hecho, «ya hemos recibido ciertas demandas de alguna entidad de este tipo».
En definitiva, el proyecto de Sopetrán es uno de los más ambiciosos que se llevarán a cabo en los próximos años dentro de la provincia. Una propuesta que, por el momento, se financia únicamente con fondos privados, aunque Ortega no descarta pedir en el futuro las ayudas pertinentes si es necesario si bien, recalca, «se tengan o no, nuestra iniciativa va a seguir adelante». Con todo, muestra su satisfacción porque es una actuación «que ha contado con el beneplácito de todas las instituciones».
Teniendo en cuenta que el Monasterio era inicialmente del pueblo, puesto que la Coordinadora estaba en un principio formada por 150 vecinos hitenieneses, los actuales propietarios, que cuentan con más del 70 por ciento de las acciones, han querido trabajar desde un primer momento con el consenso del municipio, lo que no ha sido muy difícil de lograr dado que es un proyecto que muchos habitantes de Hita ya compartían. «En seguida se han dado cuenta de que lo que venimos hacer es lo que presentamos y hemos encontrado pocas posturas reticentes», dice Ortega quien confía en que una vez terminada, la obra suponga un gran impulso para la zona.
Fuente: La Tribuna de Guadalajara
Tras ello, se dará inicio a las obras pertinentes que serán llevadas a cabo en cuatro fases en función de la velocidad de venta e interés por parte de los potenciales compradores. Cabe decir en este punto que desde el pasado 4 de julio hay abierta en las ruinas del Monasterio una oficina de información sobre el proyecto, fases, tipologías, instalaciones, calidades, precios estimados, plazos y condiciones, que ya ha contado con gran interés del público.
Con carácter privado, la Coordinadora Monasterio de Sopetrán pretende crear en Hita algo, hasta ahora, nunca visto en Guadalajara: reformar el monasterio a la vez que hacer realidad una propuesta de ampliación en la localidad mediante la construcción de viviendas que se integrarán al cien por cien en el entorno del monumento, gracias a un diseño medieval íntegro. Jorge Gosálvez Gosálvez ha sido el arquitecto de este proyecto cuyo diseño ha corrido a cargo de ‘G y G, S.A. Arquitectura y Urbanismo’.
Así, con 16 hectáreas de superficie total, la actuación contempla, en primer lugar, la rehabilitación del Monasterio de Sopetrán, reconstruyendo la basílica con claustro cerrado, y su posterior conversión en centro cultural dentro del cual se podrán llevar a cabo convenciones, conciertos, eventos culturales o sociales. Además, será la sede de la Fundación Sopetrán, cuya creación se encuentra actualmente en trámites administrativos, a través de la cual se buscará la recuperación histórico-cultural del entorno. Precisamente, una de las primeras actividades culturales que convocará la Fundación será un Premio Literario, en cuyas bases se está trabajando. Además, delante del monumento hay diseñada una hermosa plaza pensada para hacer actos sacramentales.
En sus inmediaciones, habrá tres tipos de viviendas. Las primeras son en torno a 320 casas de diferentes alturas (ninguna de ellas igual a otra) que formarán un auténtico pueblo medieval, con líneas de esta época, circundado por calles peatonales, con 30 locales comerciales y con un aparcamiento subterráneo en el que cada propietario contará con dos plazas de garaje. Sólo se admitirá por estas vías el tránsito de servicios específicos de urgencia y algunos de carga y descarga para los mencionados locales comerciales. La estructura exterior de las viviendas será de piedra, madera, con acabados de adobe, aunque en el interior cuente con todos los servicios requeridos. « De hecho, estamos intentando que el diez por ciento del material que se emplee sea material antiguo, material de derribo», subraya Carlos Ortega, director del Área Cultural de la Coordinadora, quien explica que el interés es que «se asemeje al ‘burgo’ que podría haber nacido en torno al Monasterio en el siglo XVI».
Otro tipo de domicilios serán las viviendas asistidas, 70 chalets independientes, con jardín propio y un amplio diseño, que tendrán la posibilidad de contratar un soporte de servicios permanentes con sede en el Monasterio. Se trata de unas viviendas, orientadas principalmente a una población de tercera edad o con ciertas minusvalías, que podrán de esta forma tener asistencia dietética, sanitaria y de limpieza, a demanda del propio solicitante. Aunque aún está en proyecto la selección de la empresa que gestione este tipo de servicios desde Sopetrán, se está estudiando la posibilidad de contar con una ambulancia permanente con el fin de trasladar a algún enfermo en el caso de que la situación así lo requiera.
Por último, el terreno contará con 60 suites, estudios de entre 70 o 80 metros cuadrados cuyos propietarios, si lo desean, tendrán la capacidad de cederlas al Monasterio, para su administración, ampliando así la capacidad hostelera del entramado en caso de que ciertos eventos lo requieran.
Plazas porticadas, zonas verdes, detalles cuidados y un respeto inusitado por el medio ambiente forman un proyecto en el que también se engloban dos apuestas estrella: una hospedería y un balneario. La primera ya está funcionando como tal, si bien el balneario se construirá sobre una superficie de 1.500 metros cuadrados. Contará con actividades de hidroterapia, masajistas, zona lúdica de agua, piscina compartida con la urbanización... Iniciativa que servirá también de punto de atracción para que empresas y colectivos elijan este emblemático lugar a la hora de realizar sus encuentros o actividades.
De hecho, la propuesta de la Coordinadora del Monasterio de Sopetrán, comenta Ortega, va más allá de la mera construcción, como demuestra el hecho de que, una vez terminado el proyecto, sus impulsores tengan previsto quedarse en el lugar y trabajar desde la Fundación Sopetrán, no sólo en la gestión del Monasterio, sino en el control, por ejemplo, de los locales comerciales. «Es importante que haya negocios que atraigan turismo y que sean acordes con el proyecto, no negocios que desentonen con su filosofía», apunta el director del Área Cultura, quien, no obstante, se muestra consciente de que ciertos servicios serán imprescindibles para los futuros habitantes, como pueda ser la presencia de una sucursal financiera, para lo que, de hecho, «ya hemos recibido ciertas demandas de alguna entidad de este tipo».
En definitiva, el proyecto de Sopetrán es uno de los más ambiciosos que se llevarán a cabo en los próximos años dentro de la provincia. Una propuesta que, por el momento, se financia únicamente con fondos privados, aunque Ortega no descarta pedir en el futuro las ayudas pertinentes si es necesario si bien, recalca, «se tengan o no, nuestra iniciativa va a seguir adelante». Con todo, muestra su satisfacción porque es una actuación «que ha contado con el beneplácito de todas las instituciones».
Teniendo en cuenta que el Monasterio era inicialmente del pueblo, puesto que la Coordinadora estaba en un principio formada por 150 vecinos hitenieneses, los actuales propietarios, que cuentan con más del 70 por ciento de las acciones, han querido trabajar desde un primer momento con el consenso del municipio, lo que no ha sido muy difícil de lograr dado que es un proyecto que muchos habitantes de Hita ya compartían. «En seguida se han dado cuenta de que lo que venimos hacer es lo que presentamos y hemos encontrado pocas posturas reticentes», dice Ortega quien confía en que una vez terminada, la obra suponga un gran impulso para la zona.
Fuente: La Tribuna de Guadalajara
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