Se confirma que es el primer conjunto alfarero completo que aparece en la Bahía, con siete hornos, tres de ellos romanos. El conjunto se ha tapado a la espera de su puesta en valor.
La finalización de la primera fase de la excavación en el solar del Jardín de Cano, confirma el interés del conjunto alfarero aparecido en el lugar. En el mes de mayo, con los trabajos a medio terminar, los arqueólogos ya adelantaron que podría tratarse de un hallazgo inédito hasta la fecha, lo que se ha confirmado finalmente con la conclusión de las prospecciones en extensión.
Se han documentado un total de siete hornos, tres de ellos romanos y otros cuatro del siglo XVII, además de varias 'piletas de decantación' en muy buen estado de conservación, y varios tornos de piedra en los que se han hallado incluso las hendiduras dejadas por los ejes.
Se trata del primer complejo alfarero completo que aparece en la Bahía de Cádiz, con todos los elementos que lo componen. Según los especialistas, ello ha sido posible, entre otras cosas, porque el solar objeto de la intervención tiene unas dimensiones considerables. Además, el nivel de conservación del yacimiento es bueno, debido a que la parcela en cuestión no ha sufrido el impacto de construcciones, al ser hasta hace escasas fechas un recreo privado con una huerta de gran tamaño y jardines. Los restos arqueológicos han aparecido prácticamente al mismo nivel de la calle La Rosa, situada a la entrada del casco antiguo.
La excavación concluyó a final de junio, y ha sido dirigida por la arqueóloga Esther López, bajo la supervisión de la Delegación Provincial de Cultura y del Servicio de Arqueología y Bienes Culturales del Museo Municipal.
Una vez concluida esta primera fase de la intervención, la directora de los trabajos, con autorización de la Delegación de Cultura, ha decidido cubrir los hornos y estructuras mediante mallas aislantes y tierra, como medida cautelar para su conservación. No en balde, se trata de preservar unos hornos que alcanzan una edad superior a dos mil años, al estar datados algunos de ellos en el siglo I a.C., es decir época romana republicana. En este sentido, según ha informado la arqueóloga, haber dejado a la intemperie las estructuras significaría su deterioro debido a la fragilidad de los materiales que las constituyen.
El solar sin embargo no está vallado ni acotado, y son visibles en el suelo las rodadas de maquinaria pesada sobre la tierra que cubre los hallazgos. En la actualidad, la arqueóloga Esther López está trabajando en la redacción de un proyecto de conservación, con vistas a presentarlo en el Ayuntamiento de El Puerto y en la Delegación Provincial de Cultura.
En este sentido, la empresa constructora Promotel, que financia las excavaciones y realiza la promoción de pisos en Jardín de Cano, ha mostrado su disposición a apoyar el proyecto de puesta en valor del complejo alfarero, para lo cual se baraja que la parcela pase a titularidad pública, como parte de las cesiones obligatorias, y posteriormente un proyecto para rescatar el alfar mediante una estructura que lo haga visitable. Tanto el Ayuntamiento como la empresa han expresado interés en que se lleve a cabo el proyecto.
En breve comenzarán también las excavaciones en un terreno anexo (que forma parte también de la finca Jardín de Cano), donde está prevista la construcción de pisos con sótano y en el que se procederá al desbroce de la maleza para iniciar las prospecciones arqueológicas en el mes de agosto.
El Museo Municipal tiene documentada en toda esta finca (delimitada por la avenida de Sanlúcar, y las calles Espíritu Santo, La Rosa y Santísima Trinidad) la existencia de vestigios arqueológicos que aconsejan la excavación en extensión de los solares objeto de la promoción inmobiliaria.
La arqueóloga Esther López, que se encargará también de la segunda fase de la excavación, trabaja ahora en la catalogación de la cerámica aparecida en el lugar, como parte del informe arqueológico preceptivo.
En los hornos de época romana aparecidos se conservan las estructuras del corredor de acceso y las cámaras de combustión donde se cocían las ánforas. La masa de arcilla para las piezas se fabricaba en las cuatro 'piletas de decantación', impermeabilizadas mediante Opus Signinum, mientras en los tornos, los artesanos daban forma a los objetos, principalmente ánforas y vasijas. El propio terreno ofrecía arcillas rojizas de buena calidad para la producción, a la que se daba salida a través del río Guadalete.
Por otra parte, los cuatro hornos del siglo XVII evidencian la vocación alfarera del solar. Además, constituyen el primer alfar de época moderna documentado en la Bahía gaditana. El tipo de piezas que producían era más elaborado, han aparecido por ejemplo vasijas de terracota y pipas de caolín, usadas por los marineros de la época para fumar durante las travesías oceánicas hacia América.
Entre otras curiosidades halladas en la excavación, se encuentra un pozo con abundante material cerámico que está siendo objeto de estudio.
Fuente: Diario de Cádiz.
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