31 octubre 2007

La provincia de Cáceres es una de las que mayor legado cultural de la II Edad del Hierro conserva a nivel nacional

Así lo han puesto de manifiesto un grupo de expertos y universitarios que han participado en las III Jornadas arqueológicas bajo el título “Lusitanos y vetones. Los pueblos prerromanos en la actual demarcación Beira Baja- Alto Alentejo- Cáceres”.

Dichas jornadas han sido organizadas por el Museo de Cáceres en colaboración con el Museu de francisco Tavares Proença, Júnior de Castelo Branco, en un afán de estrechar lazos e impulsar y dar un impulso a la investigación sobre la segunda Edad de Hierro que se desarrolla desde ambas partes de la raya fronteriza.

Entre los ponentes que han participado se ha encontrado el catedrático de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, Martín Almagro, quien abordó en su ponencia el origen de los lusitanos y los vetones, responsables, dijo "de las altiplanicies que posee nuestro paisaje".

Del mismo modo, comentó que estos pobladores eran eminentemente ganaderos, ya que "descubrieron el jamón y el tratamiento de los quesos", aseguró. Al mismo tiempo explotaban las tierras con la agricultura y la minería, por ser éstas zonas muy ricas en estaño y en oro "metales muy importantes en la II Edad del Hierro".

Su forma de vida, dijo, era "similar a la de los campesinos pobres de Extremadura y Portugal de hace 50 años", por lo que eran "muy parecidos a nosotros, aunque hablaban lenguas que hoy no entenderíamos".

Los vetones han dejado un "extenso" legado en la zona oeste peninsular, siendo Cáceres "una de las provincias de España en las que hay más verracos", así como "magníficos castros", según el catedrático.

Al mismo tiempo apeló a la conservación de monumentos "interesantísimos", como las "piedras de los responsos o de las ánimas" donde se tiraba un cancho al pasar, "para saber lo que pasaría en el futuro, si la piedra se quedaba arriba" o lo que se denomina "altares de piedra", canchales naturales que "tienen agujeros en la parte de arriba para el sacrificio de animales", aclaró.

Ambas manifestaciones, dijo, son documentos "únicos en toda Europa", que nos permiten saber "cómo sentían, en qué creían y qué concepción de cosmos tenían".

El estudio de esta civilización permite aprender "que la historia no es algo que se manipula, sino que es la memoria personal de toda un sociedad y que nos ayuda a saber mejor quiénes somos hoy día", puntualizó, asegurando que las investigaciones en este área están avanzando gracias a los nuevos medios que existen, con los que "ahora podemos comprender y entender mejor a los vetones que los propios romanos".

Otra de las ponencias ha estado a cargo de los responsables de Instituto Arqueológico de Mérida, Sebastián Celestino Pérez, José Ángel Salgado y Rebeca Cazorla, quienes bajo el título "El factor orientalizante en la formación de los pueblos prerromanos: de Aliseda a Pajares", han puesto de manifiesto la importancia en nuestra actual cultura de esta época.

Así indican que en el valle del Tajo, y más concretamente en el norte de la provincia de Cáceres, es donde se han hallado los elemento más característicos del periodo "orientalizante", como el caso del famoso tesoro de Aliseda o los de Serradilla y Pajares, sin alterar por ello los modos de vida de sus habitantes, lo que pone de relieve la importancia del comercio con el sur, aunque probablemente a través del río Tajo, suponiendo un eje vital entre la costa atlántica y las tierras del interior de la península, siendo ello valorado recientemente.

Fuente: Región Digital

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