16 octubre 2007

La Guardia Civil obliga al buque cazatesoros 'Odyssey Explorer' a dirigirse de Gibraltar a Algeciras

Son las 9.38 de la mañana, el Odyssey Explorer, un buque de 76 metros de eslora y 2.200 toneladas, ha abandonado el puerto de Gibraltar donde permanecía atracado desde hace seis meses. Todos a bordo saben que no irá muy lejos. Un fragata de la Armada española y una patrullera de la Guardia Civil escrutan desde la distancia las maniobras del Explorer. A bordo de la nave, los abogados de Odyssey realizan copias de documentos importantes porque Cuando la Guardia Civil apresó el Ocean Alert en junio (otro de los barcos sospechosos), se incautó de toda la documentación. A las 10.50, cuando el barco ha rebasado las tres millas naúticas, la fragata de la Armada se pone en contacto con el Explorer. Ésta es la conversación:

- "Somos un buque de guerra español, ¿sabe que está usted en aguas españolas?"

- "Estamos en aguas internacionales [el Explorer facilita su posición]"

- "Corrija su posición, o nos veremos obligados a abordarles"

Las malas condiciones meteorológicas, no obstante, desaconsejan una maniobra de abordaje. Las autoridades españolas solicitan hasta tres veces al Explorer que ponga voluntariamente rumbo a Algeciras. La patrullera se aproxima por estribor y la fragata corta el paso al Explorer. A las 11.09 el cazatesoros cede y enfila a puerto español.

Presumiblemente el barco será ahora registrado. Los agentes cumplirán así las órdenes de un juzgado de la Línea, que investiga si la compañía expolió patrimonio español. La compañía niega este hecho y señala que aún no ha sido posible determinar la identidad del pecio hallado. En el barco viajan periodistas de 10 medios de comunicación, británicos, alemanes y estadounidenses, además de EL PAÍS. El plan de Odyssey era que los medios asistieran a lo que la empresa considera un "abordaje ilegal" de su barco.

500.000 monedas de plata

El pasado mayo, la compañía estadounidense Odyssey Marine Exploration, puntera en la búsqueda de pecios submarinos, anunció el descubrimiento del mayor tesoro encontrado hasta entonces en el fondo del mar: 500.000 monedas de plata y oro procedentes de un barco de la época colonial, rebautizado por la compañía con el nombre en clave de Cisne Negro. El anuncio no gustó al Gobierno español que sospecha que la empresa podría haber expoliado uno de los cientos de pecios españoles que se encuentran en fondo del océano Atlántico, frente a las costas del Algarve.

Fuente: El País

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