Las catas efectuadas para la construcción de un nuevo aparcamiento subterráneo junto al templo han descubierto el vestigio arqueológico Los expertos destacan su «extraordinario» estado de conservación y certifican la existencia de un antiguo asentamiento en el entorno
VÍCTOR M. VELA/VALLADOLID
Las catas llevadas a cabo por un equipo de arqueólogos para determinar la posibilidad de construir un aparcamiento subterráneo junto a La Antigua han acabado con sorpresa. Bajo el suelo de la plaza, en la zona ajardinada situada frente al templo del siglo XII, hay restos de una vivienda romana fechada entre el siglo I antes de Cristo y el siglo III de nuestra era, con lo que los vestigios de la viviendas cuentan con, por lo menos, 1.700 años de antigüedad.
La arqueóloga encargada de la cata, Ana Sandoval, explica que los restos encontrados se encuentran «en un estado de conservación espectacular» y certifican la existencia de un asentamiento romano en el espacio que hoy ocupan la plaza de la Universidad, la calle Solanilla, Magaña, Bajada de la Libertad y el entorno del Calderón. «Hemos encontrado restos romanos en toda esta zona y certifican que hubo un asentamiento. Se trataba de una pequeña loma junto al Esgueva. Los pueblos antiguos buscaban espacios con agua y una buena orientación y este era un lugar idóneo, al lado del río y hacia el oeste».
Los restos encontrados corresponden a una vivienda y la cata ha permitido descubrir parte del suelo -las paredes se han perdido por completo-, un arco de ladrillo y la estructura de un hipocausto, un horno situado debajo del pavimento, que en la antigüedad clásica caldeaba las habitaciones, al modo en que lo hacen las glorias, estructuras que aún permanecen en las casas de numerosos municipios. «Se trata de una habitación romana de la que solo hemos sacado una pequeña esquina. Lo que es más singular del hallazgo es el estado de conservación en el que se halla, que es espectacular», dice Sandoval.
Conservación
Las razones que pueden explicar este portentoso estado de conservación se encuentran en que la vivienda se encontraba en un lugar muy cercano a la actual iglesia de La Antigua, por lo que las intervenciones urbanísticas a lo largo de la historia han sido casi nulas. No ocurre lo mismo en zonas cercanas donde también se han encontrado restos de la época romana, aunque en mucho peor estado, ya que las posteriores construcciones -medievales y modernas- destruyeron en gran medida el patrimonio.
Los restos hallados han vuelto a ser tapados y el resultado de las excavaciones volcado en un informe técnico que ha sido trasladado a la Dirección General de Patrimonio (Junta de Castilla y León) para su análisis. El hallazgo, según el alcalde, Javier León de la Riva, y el concejal de Tráfico, Manuel Sánchez, no afectará a la construcción de un aparcamiento subterráneo junto a La Antigua, en la calle Magaña. El descubrimiento ha obligado a limitar la ubicación del aparcamiento. Tendrá cerca de treinta plazas menos de lo previsto.
Las dificultades técnicas han llegado a la hora de establecer una datación exacta de los restos encontrados. «Son de época romana, entre el siglo I antes de Cristo y el siglo III después de Cristo, pero no podemos precisar un periodo más exacto porque no hemos hallado más restos -como monedas o cerámicas- que nos ayuden a limitar el periodo».
Lo que sí certifica este hallazgo es la ubicación de un importante núcleo romano en esta zona de la ciudad. En el verano del 2002, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Valladolid localizó en un solar situado en la esquina de Bajada de la Libertad con Cánovas del Castillo una gran estructura artesanal de época romana, una fábrica de tejas que probablemente databa del siglo XIV.
Ya entonces, José Ignacio Herrán, director de los trabajos, dijo que «el asentamiento romano en Valladolid, que se pensaba que se limitaba a núcleos aislados y de carácter eventual, tiene mucha más entidad, ya que este horno tenía una producción que abastecía a un núcleo notable de población».
La arqueóloga encargada de la cata, Ana Sandoval, explica que los restos encontrados se encuentran «en un estado de conservación espectacular» y certifican la existencia de un asentamiento romano en el espacio que hoy ocupan la plaza de la Universidad, la calle Solanilla, Magaña, Bajada de la Libertad y el entorno del Calderón. «Hemos encontrado restos romanos en toda esta zona y certifican que hubo un asentamiento. Se trataba de una pequeña loma junto al Esgueva. Los pueblos antiguos buscaban espacios con agua y una buena orientación y este era un lugar idóneo, al lado del río y hacia el oeste».
Los restos encontrados corresponden a una vivienda y la cata ha permitido descubrir parte del suelo -las paredes se han perdido por completo-, un arco de ladrillo y la estructura de un hipocausto, un horno situado debajo del pavimento, que en la antigüedad clásica caldeaba las habitaciones, al modo en que lo hacen las glorias, estructuras que aún permanecen en las casas de numerosos municipios. «Se trata de una habitación romana de la que solo hemos sacado una pequeña esquina. Lo que es más singular del hallazgo es el estado de conservación en el que se halla, que es espectacular», dice Sandoval.
Conservación
Las razones que pueden explicar este portentoso estado de conservación se encuentran en que la vivienda se encontraba en un lugar muy cercano a la actual iglesia de La Antigua, por lo que las intervenciones urbanísticas a lo largo de la historia han sido casi nulas. No ocurre lo mismo en zonas cercanas donde también se han encontrado restos de la época romana, aunque en mucho peor estado, ya que las posteriores construcciones -medievales y modernas- destruyeron en gran medida el patrimonio.
Los restos hallados han vuelto a ser tapados y el resultado de las excavaciones volcado en un informe técnico que ha sido trasladado a la Dirección General de Patrimonio (Junta de Castilla y León) para su análisis. El hallazgo, según el alcalde, Javier León de la Riva, y el concejal de Tráfico, Manuel Sánchez, no afectará a la construcción de un aparcamiento subterráneo junto a La Antigua, en la calle Magaña. El descubrimiento ha obligado a limitar la ubicación del aparcamiento. Tendrá cerca de treinta plazas menos de lo previsto.
Las dificultades técnicas han llegado a la hora de establecer una datación exacta de los restos encontrados. «Son de época romana, entre el siglo I antes de Cristo y el siglo III después de Cristo, pero no podemos precisar un periodo más exacto porque no hemos hallado más restos -como monedas o cerámicas- que nos ayuden a limitar el periodo».
Lo que sí certifica este hallazgo es la ubicación de un importante núcleo romano en esta zona de la ciudad. En el verano del 2002, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Valladolid localizó en un solar situado en la esquina de Bajada de la Libertad con Cánovas del Castillo una gran estructura artesanal de época romana, una fábrica de tejas que probablemente databa del siglo XIV.
Ya entonces, José Ignacio Herrán, director de los trabajos, dijo que «el asentamiento romano en Valladolid, que se pensaba que se limitaba a núcleos aislados y de carácter eventual, tiene mucha más entidad, ya que este horno tenía una producción que abastecía a un núcleo notable de población».
Fuente: El Norte de Castilla
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