08 junio 2006

Mérida: Hallan un edificio del siglo IV casi completo en la calle Almendralejo


También se está excavando un mausoleo funerario de más de cuatro metros de altura cuya estructura es insólita en Mérida. En el mismo solar aparecieron siete ajuares visigodos con joyas y adornos de oro.

CELIA HERRERA/MÉRIDA

La céntrica calle Almendralejo, una de las principales arterias de la ciudad, formó parte durante muchos siglos del extrarradio de Mérida, por lo que una excavación en esta zona representa una buena oportunidad para conocer la historia y la evolución de los extramuros emeritenses.

Esta oportunidad llegó hace unos ocho meses, cuando empezó a excavarse un solar de más de 5.000 metros cuadrados que está ofreciendo además interesantes sorpresas a los investigadores.

La estrella de la excavación es un sorprendente monumento funerario romano del siglo I, del que solo se ve ahora la parte superior de un edificio de más de cuatro metros de altura.

Aparte de su excelente estado de conservación, destaca la originalidad de su estructura, insólita hasta ahora en Mérida, y de la que no se ha encontrado ningún ejemplar similar en todas las áreas funerarias emeritenses. Mientras continúa la excavación, los investigadores están estudiando estructuras parecidas que pudieran haber aparecido en otras zonas del Mediterráneo o la Hispania romana.

En la parte visible por el momento se pueden observar las molduras originales, las cornisas e incluso se ve el espacio que antes ocupara una placa en la que posiblemente constara el nombre de las personas para las que fue erigido el edificio.

Hasta que no termine la excavación, no se sabrá si se trata de un monumento funerario individual, familiar, o incluso colectivo.

La torre apareció hace unos dos meses, y en este tiempo se ha intentado vaciar todo su interior, pero no se han encontrado más pistas que los materiales de relleno que ocultaron a lo largo del tiempo la estructura y que la preservaron en perfecto estado hasta nuestros días.

El monumento se encuentra en la zona más baja del solar, que con el tiempo fue rellenado con material de desecho y ripios que producía la ciudad. Este material también ha preservado otra de las joyas de la excavación: un edificio de época romana, del siglo IV, que ha aparecido casi completo, a falta de la cubierta, pero con muchas de sus columnas en pie o caídas unas sobre otras, como si se acabaran de derrumbar.

De hecho, el escenario resulta tan idílico una vez excavado, que los investigadores que trabajan en la zona han decidido dejar los materiales en su disposición original.

Su estado de conservación también resulta sorprendente. De hecho, es la primera vez que aparece una estructura tan completa, según destacan los arqueólogos que trabajan en su excavación.

Lo único que se ha retirado de la zona son unos restos de paredes con pinturas murales que apuntan la posibilidad de que se tratara de un edificio de dos plantas, siendo la superior ocupada como vivienda, y la inferior como taller o área industrial.

En el interior del edificio han aparecido algunas tinajas de barro y otras encastradas en el suelo que servirían para almacenar alimentos o frutos de la recolección.

El equipo de arqueólogos que trabaja en la zona baraja la opción del doble uso del edificio como una de las posibles hipótesis que explicaran la coexistencia en el mismo lugar de restos de indudable origen industrial con columnas de mármol y pinturas.

«Estos lujos no eran propios de una industria, ya que los romanos eran muy prácticos», explica Javier Heras, uno de los arqueólogos que trabaja en el solar.

En las cercanías de este edificio se han encontrado restos de una calzada romana, lo que hace pensar que posiblemente hubiera más casas por la zona, aunque por el momento sólo se han encontrado vestigios de una vivienda con pinturas murales.

La tercera sorpresa importante que ha aportado este solar a la arqueología emeritense ha sido el descubrimiento de siete ajuares de oro de época visigoda encontrados en siete tumbas pertenecientes a damas de la época.

Los ajuares están compuestos por joyas y objetos de adorno de oro y gemas, más cercanos al estilo bizantino que al hispano, más utilizado en la época.

Entre las joyas encontradas destaca una diadema de oro y un collar del mismo material, fabricado con cuentas en forma de hoja lanceoladas, decoradas con filigranas y granates engarzados.

En el solar ha aparecido una extensa zona funeraria aledaña al monumento descrito anteriormente, y en la que se ha encontrado más de un centenar de esqueletos, de los que sólo siete estaban adornados con joyas preciosas.

Otros elementos

Hasta el momento, se ha excavado tres cuartas partes del solar, y se han encontrado otros elementos interesantes, como un muro con arcos cerca de otra zona industrial.

A la espera de que termine la excavación, los arqueólogos consideran que esta zona tuvo diversos usos a lo largo de la historia: primero tuvo un uso funerario, luego industrial y después funerario de nuevo, aunque no se sabe si ambos usos convivieron juntos durante algún tiempo.

Fuente: Hoy Digital

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