Peñalver y su equipo regresan hoy a la cueva para retomar las tareas arqueológicas. Durante los próximos cuatro meses proseguirán los trabajos en la segunda sala interior y en una nueva galería.
Donostia. El equipo de investigadores del departamento de Arqueología Prehistórica de Aranzadi accedió ayer a la cueva de Praileaitz I, en Deba. No entraban desde finales de octubre de 2006, momento en que interrumpieron el trabajo de campo para centrarse en las tareas que se realizan en el laboratorio.
En principio, según confirma el director de la excavación, Xabier Peñalver, la intención de la Sociedad de Ciencias era comenzar a trabajar a principios de mes, pero un retraso relacionado con el protocolo de seguridad ha postergado el inicio de los trabajos.
Finalmente, ayer se salvó dicho escollo con la firma del protocolo por parte de los explotadores de la cantera -dependiente de la empresa Amenabar-, la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Ayuntamiento de Deba y Aranzadi, y los arqueólogos pudieron franquear a mediodía la verja de hierro que protege uno de los mayores santuarios prehistóricos de Gipuzkoa. Lo hicieron guiados por la luz de una simple linterna, por lo que la visita se redujo a un mero examen visual.
Hoy, sin embargo, prevén trasladar todos los útiles necesarios para que el equipo de seis arqueólogos que dirige Peñalver arranque los trabajos de excavación que se prolongarán durante cuatro meses. "Ahora mismo estamos preparando en la sede de Aranzadi los generadores y los focos para realizar mañana [por hoy] toda la instalación", dijo ayer tarde el responsable de la excavación que alberga un conjunto de pinturas rupestres -puntos y rayas de unos 20.000 años de antigüedad- cuya existencia fue desvelada a finales del pasado año por Noticias de Guipuzcoa.
Cantera polémica
El director del yacimiento nunca ha sido ajeno al impacto negativo que la actividad de la cantera de Sasiola, en cuyo interior se encuentra Praileaitz, puede tener en la cueva y los tesoros que alberga. Dice desconocer si, como afirma la Diputación, las voladuras de la cantera son compatibles con la conservación de la cavidad, aunque dice vivir el tema "con preocupación". "Yo no tengo los estudios suficientes en la mano y no soy experto para decir qué es compatible o no.
Eso corresponde decirlo a quien hace los estudios y pone la dinamita. Desconozco la repercusión que puede tener la utilización de tantos kilos de explosivo porque tampoco entiendo de canteras. Pero sé que si está cerca, la cueva peligra", afirma.
Peñalver comparte en cierto modo una preocupación reflejada en la aparición de colectivos como Praileai-tzen Lagunak y en la difusión de manifiestos que denuncian la actividad de Sasiola. "No se puede decir que aquí no pasa nada y que Praileaitz está en un monte cualquiera. Está en el interior de una cantera muy activa. La cueva -Bien Cultural Calificado con la categoría de Monumento- se tiene que preservar por ley y por voluntad, pero la dinamita rompe, y a ver qué solución le damos", dice. La solución, además, debe llegar "en breve". "Porque nosotros trabajamos a ritmo lento: con un cuchillito vamos poco a poco excavando capas de dos centímetros mientras la cantera nos gana, se come camiones y camiones a diario".
A su juicio, lo importante es determinar si se quiere conservar en la medida de lo posible "el entorno natural donde vivió el personaje de la cueva". "Y hay que hacerlo en un plazo muy corto de tiempo porque cuando decidamos algo quizá sea demasiado tarde", apunta.
Dos frentes
Sea como fuere, hoy mismo comienza una nueva campaña arqueológica en Praileaitz I. "No creo que nieve en la costa, así que podremos llegar. Además, se supone que en el interior de la cueva las condiciones meteorológicas son siempre constantes", bromea Peñalver.
Este experto asegura que en las siguientes semanas su labor se centrará principalmente en "dos frentes". Por un lado, el equipo proseguirá con la excavación de la segunda sala interior de la cueva, donde en la campaña pasada comenzaron a aparecer numerosos restos de carbones vegetales y manchas de ocres.
Por otro, los arqueólogos trabajarán en una galería situada a la derecha del vestíbulo de la gruta donde se han hallado restos de importancia y se han obtenido las dataciones más antiguas de este yacimiento paleolítico. "Hay dataciones de hace 25.000 años", sostiene entusiasmado.
Los restos más vistosos encontrados hasta el momento en Praileaitz tienen cerca de 15.500 años y datan del periodo Magdaleniense inferior. Son los ya conocidos 29 colgantes entre los que figura un "espectacular" collar de 14 piezas que mide metro y medio. Como ha reiterado en numerosas ocasiones, estos indicios hacen pensar que en la cueva vivió un individuo con "cualidades especiales" dedicado a "actividades de tipo ritual" alejadas de lo cotidiano.
Con la campaña de excavaciones que hoy arranca Peñalver y su equipo dicen querer "seguir la pista a ese personaje" que tanto les interesa. "Porque es un caso novedoso e importantísimo", recalca, para añadir que "no cabe duda" de que aparecerán otros restos.
Fuente: Noticias de Gipuzkoa
3 comentarios:
Se puede realizar la explotación de la cantera y las voladuras.
Para ello solo hay que hacer un estudio de vibraciones y establecer una distancia mínima de seguridad a la que no realizar actividades.
Saludetes, a ver si me deslío.
Echábamos de menos tu participación y comentarios!
saludos.
:-)
También tengo rachas...
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