En el año 1800 antes de Cristo, una comunidad de la Edad de Bronce abandonó la localidad alavesa de Estarrona dejando olvidado un depósito repleto de vasijas, cuencos y ollas llenos de semillas de cereal. Miles de años después, el 'tesoro' enterrado se recupera y se expone en una exhibición bajo el título 'Barros olvidados'.
Es la propuesta que hace el Museo de Arqueología de la Diputación de Álava antes de trasladarse al nuevo edificio de la calle Cuchillería.
Hasta el verano, se exhibirán 20 vasijas de cerámica completas utilizadas para el almacenaje. «Es un yacimiento tan importante como lo puede ser el tesoro de Villena, las coronas visigodas de Toledo o el de las monedas de Otaza», señaló la directora del Museo de Arqueología, Amelia Baldeón.
Se han clasificado en cuatro grupos. Cuencos relacionados con el ámbito doméstico y el almacenamiento de productos agropecuarios; ollas globulares de grandes dimensiones; vasijas en forma de 'S' y con decoraciones, relacionadas con el almacenamiento de víveres; y cuencos de uso doméstico.
El depósito de Estarrona contenía, además, otros 1.064 fragmentos de otras tinajas que no se han podido reconstruir. También, se encontraron tres dientes de hoz, carbones, semillas y cáscaras de frutos. «Con el objetivo de guardar semillas para la siguiente temporada, esta gente abrió un hoyo en la tierra de al menos 65 metros de profundidad. En él, metieron todos los cuencos llenos de grano. Lo cubrieron de barro y lo quemaron para quitarle la humedad y evitar que entrase el aire. Después, lo taparon para que otras comunidades no pudieran encontrarlo y, por razones que desconocemos, lo abandonaron sin recuperarlo. De ahí, el nombre de la exposición: 'Barros olvidados'».
«De gran valor»
El diputado de Cultura, Federico Verástegui, aseguró que todo el conjunto posee «un gran valor arqueológico» sobre una época de la que Álava no tiene yacimientos y que, por lo tanto, «es un referente de gran importancia para futuros estudios sobre la Edad del Bronce». Recordó también que la exposición, 'Una piedra, un mundo', se encuentra ahora en el Museo de Altamira. En ella, se cuenta una historia mediante una pieza decorada con dibujos animales.
Fuente: El Correo Digital
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