La Gran Manzana siempre intenta dar una vuelta de tuerca en lo que a modernidad se refiere y, curiosamente, a partir de ahora no habrá que extrañarse si cuando visitemos un clásico apartamento neoyorquino nos encontramos con una cabeza de dinosaurio, o con la mano momificada de un ser humano como elementos decorativos.
Entre el aire cosmopolita que inunda la urbe y la originalidad desatada por internet, la galería I. M. Chait, en el corazón de Manhattan, ha celebrado una curiosa subasta de «historia natural», todo un sueño para los amantes de la arqueología que puedan permitirse pagar una desorbitada cantidad de dinero por un cráneo de tiranosaurio con un precio de salida de 100.000 dólares.
Esta peculiar venta, en la que se pudo participar en tiempo real a través del teléfono y de la casa de subastas «on line» eBay, ha suscitado las críticas de especialistas y arqueólogos, que temen que con este tipo de eventos los restos prehistóricos pasen a formar parte de una «feria mercantil».
Manosear las piezas
Como si del propio Museo Americano de Ciencias Naturales se tratara, la exhibición y posterior venta de los cerca de 345 restos fueron ordenadas en distintas salas, según su naturaleza y valor histórico. Eso sí, al contrario que en cualquier exposición convencional todos los objetos a subastar podían ser manoseados por los asistentes, algo que pondría los pelos de punta a cualquier especialista en la búsqueda y valoración de este tipo de tesoros de la naturaleza. De todas formas, para sentir el tacto de alguno de los meteoritos marcianos, de la mano momificada o de las cabezas de león o hiena había que pedir permiso con anterioridad, ya que muchos objetos estaban protegidos por una urna de cristal.
En el centro de la sala, el ya mencionado cráneo de Tyrannosaurus bataar, una especie cercana al temido Tyrannosaurus rex, se erigía como la joya de la corona, y fue comprada finalmente por un coleccionista privado a cambio de 276.000 dólares (215.000 euros). El cráneo, con más de 67 millones de años de antigüedad, ha tenido que «ser restaurado y completado con trozos de escayola», según explicó al «New York Times» David Herskowitz, director de la galería. Herskowitz consiguió tan preciada reliquia el año pasado de manos de un coleccionista de Florida, que a su vez compró la pieza a un japonés que había guardado los restos del dinosaurio en el interior de una caja desde 1960.
Este tipo de eventos gran despertado cierto escepticismo entre los científicos, que temen que la euforia de precios desatada por la subasta de este tipo de objetos anteponga el valor económico al científico, y se llegue a comerciar así con piezas clave para el estudio de la humanidad.
Cabe recordar, que durante el pasado diciembre, la casa de subastas Christie´s subastó un sarcófago egipcio, con momia incluida, por el que se llegaron a pagar 1,1 millones de dólares.
Fuente: ABC
Fuente: ABC
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