14 junio 2006

El yacimiento de la Casa del Obispo abre a los 8 años de su aparición


El conjunto arqueológico, que incluso abrió para que fuera visitado por los Reyes en el año 2000, ha pasado por numerosas vicisitudes.

Cádiz. El yacimiento de la Casa del Obispo abre hoy por fin sus puertas. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, inaugurará el conjunto arqueológico, quizá el más importante –junto con el Teatro Romano– de la ciudad, al menos actualmente. La apertura de este importante recorrido histórico, en el que se encuentran representadas todas las edades de la ciudad, se produce ocho años después de que aparecieran en el subsuelo los primeros restos de importancia; ocho años en los que el yacimiento ha pasado por diversos avatares, incluido su cierre durante dos años, que se produjo después de que incluso fuera visitado por los Reyes de España.

Ocho años dan para mucho; y si no, que se lo digan a la historia de este recorrido arqueológico. La historia de su aparición arrancaría en 1997, cuando se iniciaba la demolición parcial de la antigua Casa del Obispo, una obra que entonces se tasaba en cinco millones de... pesetas. Y comenzó una excavación arqueológica, dirigida por José María Gener junto a Juan Miguel Pajuelo, que pronto daría frutos. En marzo de 1998 se anunciaba el hallazgo de las primeras estructuras romanas; fue el inicio de un incesante goteo de descubrimientos que pronto asombró y abrumó a expertos y profanos por su monumentalidad, su riqueza y la amplitud de su cronología.

Así, día tras día se tenían noticias de la localización, bajo las capas de tierra del interior de la Casa del Obispo, de restos de lo que parecía ser el primitivo asentamiento fenicio de Cádiz –se hablaba en abril de 1998 de muros, pavimento, un zócalo y cerámica–, de la aparición de estructuras de lo que parecía ser unos edificios públicos romanos, y luego de una monumental cisterna de época romano republicana y piezas de cerámica del siglo VII a C., y luego de un tramo de muralla del siglo XVII...

Pero en junio de 1998 se produjo uno de los descubrimientos más importantes, o, al menos, de los más llamativos: la aparición, en el exterior del edificio, de una tumba, parte de un conjunto de enterramientos datados en el siglo VI a.C., y, en su interior, de un anillo de oro, única pieza del ajuar que los expoliadores dejaron olvidada al saquearla. Este anillo, que con el tiempo sería reproducido para su venta, fue usado por tres generaciones antes de ser enterrado –con lo cual era al menos 75 años más viejo que la edad de la tumba–, y fue realizado en oro puro por un joyero zurdo. Estos datos eran apuntados en un estudio realizado por Alicia Pérez, científica titular del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y que figura en un libro realizado por expertos de diversas disciplinas sobre los hallazgos del yacimiento; libro que, pese a estar listo desde 2001, aún no ha visto la luz.

La estratigrafía de hallazgos de la Casa del Obispo se iba ampliando poco a poco con la aparición de un tramo de calzada del siglo XIX y de unas grandes tinajas, que indicaban la reutilización que sufrió el criptopórtico romano en fechas posteriores. Se descubrían cisternas romanas, y una jarra igualmente romana que contenía caracoles, restos de conejo y una aguja de hueso. Y mientras todo esto ocurría, la Casa de la Contaduría estaba siendo acondicionada para acoger el Museo de la Catedral. Éste abrió sus puertas el 8 de mayo de 2000, con la presencia de los Reyes de España, que también recorrieron el yacimiento de la Casa del Obispo, que ya contaba con pasarelas en el interior y con paneles informativos en el exterior.

Pero el tiempo pasaba, y en mayo de 2001 las obras que entonces se realizaban en el edificio cubrieron de escombros y de basuras un lugar donde ya se hablaba de un abanico histórico que abarcaba desde la Prehistoria hasta el siglo XVII, pasando por las épocas fenicia, romana y medieval. Pese a este aparente estado, los restos no sufrieron daños, porque se separó la zona arqueológica de los pisos superiores y, además, los trabajos –a cargo del plan Urban, una iniciativa de la Unión Europea– estaban siendo realizados bajo control arqueológico.

Las obras incluidas en el Plan Urban se dieron por concluidas el 31 de diciembre de 2001. Poco después, en abril de 2002, el Ayuntamiento y el Obispado de Cádiz y Ceuta trataban la gestión de la visita del edificio, y se decía que su puesta apunto estaba "a falta de los últimos oficios". En mayo de ese año se decía que el recorrido arqueológico sería puesto a disposición del público en septiembre, y se explicaba que la ruta estaba ya diseñada. Después esta apertura se retrasaría a noviembre.

En marzo de 2003, la Delegación Provincial de Cultura denunciaba el "claro estado de abandono y deterioro progresivo" de la tumba fenicia. Justo un año después, el recorrido seguía sin fecha de apertura, aunque luego se indicaba que ésta se produciría en primavera; incluso se estaba haciendo la adecuación didáctica del yacimiento y la restauración de las pinturas murales romanas. En agosto de 2004 se anuncia un nuevo retraso; el recorrido llevaba ya cerrado dos años. En enero de 2005 se dijo que abriría antes del verano y, dos meses después, la explotación salía a concurso público, siguiendo la línea de la Torre Tavira. La empresa Monumentos Alavista se hacía con esta explotación, y desde entonces ha acondicionado el conjunto bajo la supervisión del arqueólogo Juan Miguel Pajuelo. Y los hallazgos han seguido.

La apertura cierra este ciclo y pone por fin el yacimiento a disposición de los gaditanos y visitantes, que, de cualquier manera, llevan ya un cierto tiempo recibiendo información de las numerosas bondades arqueológicas que la Casa del Obispo encierra: hace ya al menos dos meses que los folletos anunciando su recorrido están a disposición del público en la Torre de Poniente de la Catedral. "Abierto al público a partir de mayo de 2006", dice el tríptico.

Fuente: Diario de Cádiz

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