05 diciembre 2005

Nuevos estudios de vías romanas indican que Pontevedra es Turoqua

Un 90% de la calzada XIX fue ocupada por la N-550, el Camino de Santiago y el ferrocarril

Un proyecto de la Diputación intenta ahora poner en valor antiguos itinerarios del Imperio

Nuevos estudios realizados para un proyecto destinado a poner en valor la vía romana XIX confirman que Pontevedra fue la antigua mansión de Turoqua y no Duos Pontes como se aseguró durante décadas. Así se puso de manifiesto en un acto celebrado ayer en la Diputación para presentar el proyecto de recuperación de la vía XIX, acto al que asistieron los arqueólogos Rafael Rodríguez y Antonio Castro, así como Antonio Rodríguez, catedrático de Historia Antigua.

Este último indicó que la mansión Turoqua de la vía XIX «coincidía» con Pontevedra. Tras rebasar el Lérez hacia el norte, la vía se encaminaba hacia otras mansiones como A. Celenis e Iria Flavia.

La asociación de Pontevedra a Turoqua cobró fuerza tras los trabajos realizados por el arqueólogo Antonio de la Peña a finales de los 80 en O Burgo y con sus publicaciones sobre las vías romanas. Ahora, los trabajos de campo realizados por los arqueólogos refuerzan la tesis del paso por Pontevedra de la vía XIX. En la vieja mansión Turoqua existía un puente romano, antecesor del actual puente de O Burgo, de origen medieval.

Instituciones portuguesas y gallegas, singularmente las diputaciones de Pontevedra, A Coruña y Lugo, intentan ahora convertir la vía XIX en un atractivo turístico. Las dificultades, sin embargo, son enormes. El 90% del trazado está alterado por vías posteriores, fundamentalmente por la carretera N-550, las vías de Renfe o el Camino Portugués a Santiago.

El presidente de la Diputación, Rafael Louzán, y la vicepresidenta Teresa Pedrosa, apostaron ayer, no obstante, por la recuperación de la vía XIX. Al acto asistieron asimismo Carlos Valle, director del Museo y Antonio Torrón, responsable de proyectos europeos provinciales.

Fuente: La Voz de Galicia

1 comentario:

Unknown dijo...

Recuperar la Historia y preservar sus vestigios es loable y necesario. Pero emprender azañas como la recuperación de vías usurpadas por otras en uso, semeja ir contra la realidad y la necesidad.