24 octubre 2005
Julióbriga, 25 años de investigación científica
En 1980, un grupo de profesores de la Universidad de Cantabria retomó los trabajos arqueológicos en uno de los yacimientos romanos más importantes del norte de Hispania. Desde entonces, con la ayuda de la Consejería de Cultura y otros organismos públicos se ha puesto en valor esta ciudad y se han descifrado aspectos fundamentales para conocer la Historia Antigua de Cantabria. ocos yacimientos arqueológicos han proporcionado en Cantabria tantos datos para construir la historia regional como Julióbriga (Retortillo, Campoo de Enmedio). Si bien la investigación prehistórica, a partir de Altamira, ha sido claramente promocionada y primada, en las últimas dos décadas otros yacimientos han adquirido un mayor protagonismo y entre éstos destaca esta ciudad romana, cuyas ruinas identificó el padre Flórez en el siglo XVIII (1768) con la Iuliobriga que citaban las fuentes clásicas y cuya vida abarca desde finales del siglo I antes de Cristo hasta la segunda mitad del siglo III d. de C.
Desde entonces, los prados de Retortillo, inmediatos a la iglesia románica del siglo XII que se ubicó en la Edad Media sobre el foro romano, han sido objeto de la atención de investigadores en diferentes etapas. Atrás quedan los trabajos de Duque y Merino, Ángel de los Ríos, Schulten, García Díaz, Carballo, Hernández Morales, García y Bellido, González Echegaray y García Guinea, entre otros, sin olvidar las tareas de conservación de Adolfo Peña.
En 1958 tuvo lugar la última campaña desarrollada en Julióbriga bajo la dirección de Antonio García y Bellido, catedrático de Arqueología en la Universidad Complutense de Madrid y uno de los más insignes arqueólogos españoles del siglo XX.
La Universidad de Cantabria retomó en 1980 unas excavaciones abandonadas y desde entonces ha puesto en valor el yacimiento más importante al aire libre de Cantabria y ha descifrado aspectos claves de la historia del territorio cántabro en la Antigüedad.
La creación en 1978 de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Cantabria con la Licenciatura en Geografía e Historia demandaba la formación complementaria de los alumnos en arqueología histórica que hasta entonces en Cantabria no se había realizado, pues todas las investigaciones arqueológicas se habían centrado en el Patrimonio Prehistórico. En concreto, salvo las excavaciones dirigidas en la década de los años cincuenta por el citado García y Bellido en Julióbriga y en los años sesenta por Miguel Ángel García Guinea en Celada Marlantes, las restantes actuaciones arqueológicas se dedicaban fundamentalmente al Paleolítico.
Iniciativa
La iniciativa de realizar excavaciones en Julióbriga partió del catedrático Ramón Teja, decano de la Facultad de Filosofía y Letras, y los primeros trabajos se realizaron en el sector sur de la carretera de acceso a Retortillo. Con el nombramiento del profesor Teja como consejero de Cultura del Gobierno de Cantabria y con las transferencia de Cultura por parte del Gobierno Central, en la dirección de las excavaciones arqueológicas en Julióbriga ha continuado bajo la dirección de José Manuel Iglesias Gil, en la actualidad catedrático de Historia Antigua y principal valedor de este yacimiento durante todo este tiempo.
Formación de estudiantes
A lo largo de los años en Julióbriga se han formado estudiantes de la mayoría de la universidades españolas y hoy muchos constituyen la plantilla de centros de investigación relevantes como las Universidades de Cantabria, Autónoma de Madrid, Lisboa, Burdeos, SEK y museos de Valladolid, Santander, Palencia, Burgos, El Prado, Toulouse..., además de muchos profesores de enseñanza secundaria y profesionales privados.
La investigación siempre ha estado abierta a intervenciones pluridisciplinares con la introducción de nuevas técnicas y especialistas, y la Universidad de Cantabria ha estado presente gracias a la participación de otros Departamentos, así como de otras universidades españolas y europeas.
Campañas
Con carácter anual se han desarrollado en Julióbriga campañas de actuación arqueológica (prospección, excavación y restauración) desde 1980, si bien ha habido algunas interrupciones, en concreto entre los años 1991 al 1995 durante el gobierno de Juan Hormechea, en que se careció de presupuestos para las campañas de excavaciones arqueológicas.
Estas intervenciones han determinado los diferentes sectores que hoy constituyen el recorrido de la visita al yacimiento, como La Llanuca, la zona de la Iglesia románica y ambos lados de la carretera de acceso, puntos en los que se han realizado sondeos y excavaciones. Otros espacios excavados ha sido necesario volver a cubrirlos, como en el actual aparcamiento, el portal y el interior de la iglesia románica de Retortillo.
Criterios
Las actuaciones dirigidas por José Manuel Iglesias han partido de un doble criterio: investigar para conocer el pasado histórico de Cantabria y de la ciudad romana de Julióbriga, en especial interpretar el urbanismo con sus distintos componentes y delimitar su perímetro, y, por otra parte, la preservación con la correspondiente restauración de muros de los edificios excavados.
Además, es necesario resaltar que, en todo momento, se ha dado preferencia al disfrute social facilitando la visita a la ciudad romana con paneles explicativos y con la creación de un museo de sitio por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria en el que se reproduce el esquema de una domus romana.
Aportaciones
Julióbriga ha sido un revulsivo para la arqueología histórica regional, pues con posterioridad se han acometido otras excavaciones y se han puesto en valor otros monumentos de interés como la vía romana del interior de la Meseta hacia la costa del Cantábrico y el yacimiento de Camesa. Igualmente se ha intervenido en Flaviobriga y la denominada arqueología militar ha proporcionado el hallazgo de campamentos estivales de legionario; por otra parte, la arqueología castreña prerromana ha permitido conocer mejor el hábitat de los antiguos cántabros.
Hoy se conoce el urbanismo de Julióbriga con sus calles, la evolución del urbanismo doméstico desde la casa romana de patio central columnado a las casas con patio exterior que se convierte en corral en la casa rural montañesa. Pero lo realmente novedoso es que hasta las investigaciones de la Universidad de Cantabria no se habían determinado e interpretado otros edificios públicos y hoy se pueden definir el foro, la curia y un edificio de actividades artesanales o mercado, que se localizan todos debajo o en las inmediaciones de la Iglesia románica, área que se corresponde con el centro de la ciudad romana.
Futuro
A corto plazo, el equipo de investigación que dirige el catedrático Iglesias prentende concluir los trabajos de excavación en el edificio de actividades artesanales o tabernae que en parte constituía la base del mercado o macellum, situado en las inmediaciones del foro romano. A continuación, el siguiente paso será afrontar la restauración de las estructuras, para poder tener un edificio más que enseñar al público.
Por otro lado, se pretende determinar el perímetro total de la ciudad y los edificios más singulares con las técnicas adecuadas, en especial prospección magnética y georradar y los correspondientes sondeos de comprobación.
Otro objetivo a nivel global es conseguir que se pueda señalizar en la autovía la ciudad romana como un área de descanso, pues la distancia es inferior a dos kilómetros. Los responsables de los trabajos de investigación estiman que es fundamental la dinamización turística de este enclave y del patrimonio campurriano.
Fuente: El Diario Montañés
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