Tras veinte años de actividad arqueológica ligada al desarrollo urbanístico de la ciudad, Málaga se prepara para contar en el próximo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con un documento que recoja y ordene toda la información recabada hasta ahora sobre los restos de su pasado, al tiempo que agilice mucho más los trámites para llevar a cabo las excavaciones ligadas a un proyecto constructivo. Así, el avance del PGOU recoge la creación de una Carta de Riesgo Arqueológico que la Gerencia Municipal de Urbanismo viene preparando desde hace un año en coordinación con la Junta de Andalucía y que se incorporará al Plan General.La carta, que actualizará la normativa existente desde principios de los noventa, trata de planificar la actividad arqueológica de tal forma que se facilite esta labor para las empresas que realizan las excavaciones, los promotores y la Administración. Así, recogerá una amplia base de datos sobre todo lo hallado hasta ahora que permitirá establecer prioridades a la hora de efectuar las diferentes investigaciones. En ese sentido, reservará unas áreas de estudio que, además del Centro Histórico y sus barrios más cercanos, ha concretado en ocho yacimientos repartidos por diversos sectores.ReservasDentro de cada uno de ellos, se diferenciarán las áreas en las que resulta más relevante excavar y aquellas en las que parece menos necesario y pueden reservarse para más adelante. Así, en el ámbito del Centro, se concretarán varios campos de crecimiento de la ciudad que, por su carácter fundacional, son más significativos.La iniciativa, coordinada por la arqueóloga municipal Carmen Peral, busca en definitiva realizar las excavaciones de una forma más rápida y segura. Permitirá dar información a los promotores sobre el coste y tiempo de ejecución de las catas, a la vez que marcará unos plazos para su realización en función del lugar en que se vayan a realizar. «Así, las empresas de arqueología sabrán a lo que atenerse en cada uno de los casos, lo que favorecerá la competencia entre ellas», explicaron fuentes de la Gerencia de Urbanismo.Por otro lado, el documento propondrá la creación de un baremo que permita decidir de una forma más objetiva lo que se debe hacer con unos restos. Así, se establecerá una especie de puntuación que determinará la importancia de los hallazgos más allá de los informes que emitan los técnicos tanto del Ayuntamiento como de la Junta. Ambas administraciones deberán someterse al baremo, que arrojará una puntación media para decidir la conservación o no de los restos y prever su forma de integración en el proyecto, según su singularidad y accesibilidad.
Fuente: Diario Sur Digital
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