20 septiembre 2005

La Caixa descubre los tesoros de la antigua Tracia en una muestra que reúne 300 piezas

Madrid-
La herencia de la civilización Tracia es todo un enigma. Quizá porque su pasado es un gran desconocido. Los tesoros tracios han estado ocultos hasta hace cinco décadas. Esto ha motivado a la Fundación La Caixa, en colaboración con el Ministerio de Cultura de Bulgaria, a embarcarse en el proyecto de recuperación de esta cultura milenaria. La exposición «Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria», comisariada por Gregorio Luri, Alberto Costa y Valeria Fol, reúne más de 300 piezas excepcionales que se podrán ver hasta el próximo 8 de enero. La muestra se estructura en torno a seis grandes apartados, que van desde el neolítico hasta el siglo II antes de Cristo cuando se produjo el declive y la posterior desaparición del imperio de los tracios.
Son más de cuatro mil años de historia de un pueblo que fue nombrado por primera vez por Homero en «La Iliada». Su imperio se establecía entre las actuales Bulgaria, Rumanía y la zona norte de Grecia. Los tracios eran un pueblo guerrero y de gran habilidad en el arte de la orfebrería. De ahí que su legado esté compuesto principalmente por armas y joyas. Espaldas, yelmos o armaduras, realizados en bronce, plata y oro, repre- sentan el espíritu para la lucha de este pueblo. En su amplia labor como orfebres, la colección recoge recipientes, copas y jarras, entre otros elementos, decorados con detalles mitológicos, dedicados en su mayor parte a Diómedes.

Punto de inicio. La exposición hilvana la historia Tracia a través de seis etapas históricas. El punto de inicio es el Neolítico, encontramos piezas realizadas en arcilla, hueso, oro y cobre, debido a la importancia de la metalurgía en este periodo. Se incluyen, además, importantes restos de culturas balcánicas anteriores a los tracios. El yacimiento de Varna, con una antigüedad de cuatro mil años antes de nuestra era, es uno de los más importantes del mundo, porque pudo ser la cuna de la civilización europea. En sus más de trescientas tumbas, se han encontrado joyas, conchas, recipientes y amuletos realizados en oro con un refinamiento que sorprende, aunque hay que considerar que de ahí emana el primer oro trabajado del mundo. También son importantes en este periodo las antiguas culturas de Karanovo, Gradeshnitsa, Durankulak y Ezerovo.

Fuente: La Razón Digital

Más Información: Fundación La Caixa

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