Zaragoza. El poeta clásico Marco Valerio Marcial, que vivió las mieles y también las miserias de la Roma Imperial, nació y murió a orillas del Jalón, en la ciudad de Bílbilis.
Y, desde ayer, lo que el subsuelo desenterrado ha ido desvelando de ese yacimiento a lo largo de las décadas tienen un museo específico en el que, eso sí, se ha reservado una de sus tres plantas, la última, para el arte contemporáneo.
Dos millones de euros de inversión y dos años de obras han culminado con unos espacios que funden arte producido con dos mil años de diferencia, pero también arquitecturas añejas y muy actuales. Son, en total, 2.600 metros cuadrados construidos, pero, de ellos, unos 800 corresponden a la parte que se ha restaurado del antiguo convento de clausura de las Carmelitas Descalzas; el resto de la superficie son el edificio de nueva planta que se ha adherido, formando un todo unitario.
Las dos primeras plantas están dedicadas a la arqueología, con Bílbilis como gran protagonista. Y, a su vez, lo que hace singular a este museo -«y más que lo hará en el futuro», en palabras de su director, el catedrático zaragozano Manuel Martín Bueno- es la pintura mural romana. Y es que casi de todos estilos de pintura romana se han encontrado muestras en Bílbilis.
Buen ejemplo de ello es el dormitorio restaurado, en parte, y reconstruido, en el resto, que se muestra en una sección del estrenado museo. Un dormitorio de una casa real, sacada del olvido por los arqueólogos y recuperada por los restauradores en los laboratorios con dos años de trabajo.
El proyecto hecho realidad e impulsado por el Ayuntamiento ha sido diseñado, en lo arquitectónico, por Gonzalo Urbizu.
Fuente: ABC
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