Javier Noriega, malagueño de 34 años, es arqueólogo subacúatico y gerente de la empresa Nerea Arqueología. Acaba de organizar un congreso de Arqueología Subacuática en la Universidad de Málaga y muestra la indignación de la comunidad científica por el caso Odyssey.
¿Lo sucedido ha despertado interés por el patrimonio subacuático o es algo pasajero?
La sensación pasajera es el sentimiento que tienen muchos de los arqueólogos, los cuales opinan que esto va a ser otro Nuestra Señora de Atocha, Douro, San Diego, Vizcaína. Qué pasará y la escasez de medios, financiación y puesta en valor de una potencia científica y arqueológica impresionante seguirá igual. Yo en mi inconsciencia tengo la esperanza de que cambie. Debemos aprender de una vez que, tarde o temprano, cuando no haces algo adecuadamente, todo se paga.
¿En qué se distinguen los arqueólogos de los cazapecios? Son antitéticos.
Los arqueólogos rescatan memoria, los cazatesoros destruyen ese libro preciado que nos habla de cómo fueron y cómo vivieron. Los cazatesoros, lo hacen con el mayor desprecio, con hidropedales, pasando por las toberas de Fisher en el Atocha. Nada que ver con la necesidad de respeto y meticulosidad con la que trabajan los arqueólogos. Los cazatesoros sólo van a por el valor económico de la pieza, para su interés privado, el arqueólogo trabaja para la sociedad. Se trata de una cuestión de codicia contra conocimiento.
¿Por qué contrató Inglaterra cazapecios para extraer el 'Sussex'?
Los arqueólogos no hacen este tipo de trabajos. Es un tema muy espinoso que George Lambrick, como representante de los arqueólogos británicos, criticó muy duramente. Nadie entiende cómo puede hacer esto una sociedad desarrollada del siglo XXI.
¿Prohibiría las empresas cazatesoros?
Los cazatesoros son una auténtica lacra para la sociedad que la Unesco como institución internacional ha condenado. Yo he escuchado de viva voz a los principales arqueólogos europeos y estaounidenses, que están indignados con la actuación de Odyssey. Pregúntele al CAB y al NAS Británicos, al INA Estadounidense, al DRASSM francés o a arqueólogos españoles como Xavier Nieto. Todos estamos indignados. Hasta los ciudadanos de a pie me comentan que a ver si podemos cambiar la triste historia de robos que siempre sufrimos los españoles. Tenemos una oportunidad de oro en el caso de Odyssey para mostrarle la cara de la moneda de una democracia desarrollada.
Si hay tesoros en el mar, ¿por qué no sacarlos?
No se trata de tesoros, se trata de yacimientos arqueológicos. Hay pecios fenicios, griegos, romanos, medievales, ¡no todo son galeones! No debemos hablar de tesoros, son yacimientos, memoria, historia. El problema es que en esta sociedad todo es dinero. ¿Comprarías el amor de tu pareja? Eso sería prostitución. Pues lo mismo.
¿Qué sentido tiene dejarlos en el fondo?
Allí no los ve nadie y se deterioran...Lo que debemos exigir es que haya más investigación, protección eficaz para preservarlos de verdad, y museos para que las generaciones futuras puedan educarse en algo que se desconoce, que es el mar. Realmente España ha vivido de espaldas al mar.
¿El acuerdo de la Unesco no es demasiado duro al requerir tantos permisos?
Los cazatesoros no debían existir. La Unesco quiere eliminarlos.
¿Qué opina de que Inglaterra mantenga sus acuerdos con Odyssey?
Tengo entendido que es una democracia. Personas sensibles, que aman su heritage como ellos, profesionalmente se lo han dicho alto y claro. Es una auténtica barbaridad lo que han hecho, conozco muchos británicos que están avergonzados con esto. España tiene el viento a favor. ¿Cómo puede aliarse un Estado soberano con una empresa cazatesoros? Responsables políticos: ¡escuchen a los arqueólogos! Tienen algo importante y civilizado que contarles.
“Encontrar el pecio expoliado es una prueba jurídica fundamental”
El Ministerio de Cultura precisó ayer que de momento no se ha interpuesto contra Odyssey una demanda, sino que se ha iniciado en Tampa una “acción civil” para que el juez tome medidas cautelares con las que proteger el patrimonio español. El abogado James Goold declaró a Europa Press que la acción está destinada a “que el barco y el contenido del barco no pueda ser reclamado por el Oddysey”. Las espadas están en alto y, en la otra banda, defenderá a Odyssey, según el semanario británico Legal Week, Allen von Spiegelfeld, del bufete Fowler White Boggs Banker.
Para Javier Noriega, encontrar el pecio expoliado en aguas españolas “es una prueba jurídica fundamental, aunque ya existen otras: al estar durante años Odyssey actuando en aguas españolas, muchas instituciones profesionales que conocen el medio tienen testigos y pruebas; demasiados indicios muy importantes. Se trata de un pulso de fuerza al cual deberíamos estar dando fuerza, pues tenemos mucho músculo. Odyssey ha cometido muchas irregularidades en estos cuatro años, el caso de las monedas es un ejemplo más. Un historiador de primer año de carrera sabe distinguir perfectamente a qué Estado corresponde una moneda de curso legal del XVII, XVIII o lo que sea. ¡Es una tomadura de pelo! ¡Escuchen a los arqueólogos¡ En este caso, el del Black Swan, para mí se verá completamente si existen la justicia y la valentía. Estamos hablando de un Estado soberano como España".
Fuente: La Gaceta
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