Junto a la carretera de Alamillo se han descubierto ya nueve tumbas aunque solo han sido abiertas la mitad. En su interior se han encontrado esqueletos en perfecta colocación, elementos de cerámica y el ‘ajuar’ funerario
Las tumbas encontradas en La Bienvenida, en terrenos afectados por el ensanche de la carretera de Alamillo, frente a la iglesia de la aldea, pertenecen a una necrópolis visigoda, según explicó a este diario el arqueólogo Germán Esteban, de la empresa Calendas a la que se ha encargado un estudio de urgencia del hallazgo. Como ya adelantó La Tribuna, en dichas tumbas se han encontrado los esqueletos de las personas que fueron enterradas en ellas en perfecta colocación y junto a ellos había recipientes de arcilla en forma de ánforas y el 'ajuar' con el que fueron enterrados.
Hasta ahora han aparecido nueve tumbas realizadas con ‘sillares’ o piedras grandes de toba volcánica de la zona. En cuanto a los esqueletos hallados hasta ahora son de adultos, dos de los sarcófagos están juntos por lo que se baraja la hipótesis de que se trate de un matrimonio, y el resto forman un único grupo que se encuentra situado a escasos dos metros de los anteriores, por lo que se piensa que los cadáveres podrían ser de una misma familia. No obstante, Esteban recuerda que se está en una fase preliminar de la excavación y todavía es pronto para avanzar hipótesis. Ahora es necesario hacer un estudio de los huesos para determinar aspectos como el sexo, edad, causa de la muerte, etc. Lo que no se han encontrado en las fosas abiertas han sido restos de pelo o ropas. En la actualidad las excavaciones se centran en un muro de piedra situado a un lado de las tumbas que podría ser un aterrazamiento que delimitara uno de los extremos de la necrópolis o que dividiera las distintas fases o distritos del cementerio visigodo. En la parte posterior del muro han descubierto un pozo situado y en un lugar junto al muro de piedras un hogar de arcilla.
Patricia Hevia, una de las arqueólogas responsables de las excavaciones de La Bienvenida explicaba que este hallazgo da la vuelta a los trabajos realizados hasta ahora. En lo que sí están de acuerdo ambos profesionales es en que enriquece el yacimiento arqueológico porque son los primeros restos visigodos que se han hallado y su existencia confirma que este poblado estuvo habitado de forma continuada desde el siglo VIII a de C. hasta nuestros días. También que fue un nudo de comunicación importante para la s diferentes culturas que poblaron la zona. Hasta ahora se tiene un mayor conocimiento, porque se han centrado en ella las excavaciones, de la ciudad romana de Sisapo y, aunque en la zona descubierta no se han encontrado restos visigodos, puede que se dieran aunque hasta ahora las excavaciones se han delimitado en una zona muy concreta del asentamiento y aún queda mucho por descubrir. Después del asentamiento romano que se data entre el siglo VIII a. de C. hasta el siglo V d. de C. se produjo el asentamiento visigodo quizá ubicado en la misma ciudad romana o en otro lugar y que prueba el hallazgo de la necrópolis visigoda fechada entre los siglos VI a VII d. de C. También se tiene constancia de una sentamiento musulmán (siglos IX o X) en uno de los cerros de las inmediaciones (El Castillejo volcánico) donde existe un pequeño fortín de esta cultura que lo certifica). De finales de la Edad Media hay una constancia patente con las edificaciones de La Mesta como son la iglesia, una venta, cementerio de pastores, etc. y otros elementos etnográficos como una zahúrda.
En definitiva, el yacimiento arqueológico de La Bienvenida es de una riqueza que no deja de sorprender a expertos y profanos.
Fuente: La Tribuna
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